viernes, 8 de noviembre de 2013

"La Tasca del Némesis de Lucifer"

Una de las características de ser caribeño es la ferviente y espontánea forma de tratar a los demás con afecto.

Es algo inherente en nosotros poner en práctica la hospitalidad tanto con extranjeros como con criollos oriundos de cualquier parte de la media isla llamada República Dominicana.

No sé en otra cultura, pero en la nuestra, la comunicación (en todas sus manifestaciones) es una condición sine qua non ya que nos gusta iniciar un diálogo e interactuar con las personas. Basado en estos hechos, comparto con ustedes este singular relato.

En la tierra que me tocó nacer, posiblemente por la ubicación geográfica, nunca hemos tenido la oportunidad de poder disfrutar de un cambio de estación. Lo que vivimos es una especie de 'verano eterno' en donde el calor hace de las suyas en momentos más que otros, pero su presencia es casi permanente.

Los afortunados en vivir en zonas costeras gozan del privilegio de combatir las candentes temperaturas dirigiéndose a la playa más cercana o también una visita a un virgen río. Pero existe otra fórmula cuando se vive lejos de una playa: la ingesta de ese líquido rubio o moreno, dotado además de maíz refinado, lúpulo, cebada malteada, un poco de agua y por supuesto, alcohol.

Me llama al móvil un amigo para que compartamos un rato y así aprovechar cómo eludir un poco tanta calor. Se encontraba en un colmado en donde el ambiente sónico de fondo, era una salsa de Rubén Blades que era coreada por una desmesurada cantidad de voces mezcladas entre féminas y caballeros. Por fin llegué al lugar acordado.

El ánimo registrado en el lugar emulaba un ambiente de elecciones, de ésas en donde ya se sabe de antemano quién es el ganador gracias al potente desembolso por parte del sector que pretende extender sus intereses particulares Ad vitam aeternam.

Entre abrazos y reiterados gestos de camaradería, logro sentarme al lado de mi anfitrión. Ángel, el propietario del sitio, estaba robándose el show dado el hecho de que dominaba una conversación sobre inventos e inventores. Era una especie de secuela ya que una vez previa, el susodicho había impuesto el mismo tema ante sus clientes, logrando un buen aceptado quórum. Se trataba de una gozada (para él) palinodia.

En un momento determinado, el airado expositor se percata que no le hacemos caso a su sazonado debate y entonces se dirigió a nosotros preguntándonos sobre quién y en qué año, inventa la Frecuencia Modulada. Su pregunta (a mi entender) era capciosa ya que el caballero sabía que éramos trabajadores de la comunicación social en nuestra ciudad. Le respondo:

-"Edwin Howard Armstrong en 1933"

-"¿Edwin quién? ¡No amigo mío! ¡Usted me sorprende! ¿Cómo es posible que siendo locutor no sepa tan esencial dato?

-"Bueno si estoy errado, aprovechemos la ocasión para que nos ilustre ya que estoy convencido de que fue quien mencioné", le rebato.

-"El creador fue Guglielmo Marconi"

-"Negativo caballero. A Marconi se le adjudica ser uno de los primeros impulsores de la radio transmisión a larga distancia. Además un fallo judicial en EE.UU. dejó a Nikola Tesla como el definitivo inventor de la radio", enfaticé.

No quedó conforme y solicitó indagar en la internet al respecto. Una vez se aclaró el asunto, aceptó su confusión y me pidió que lo retara con otra información. No estaba en ánimos para entablar una discusión etérea y opté por una salida salomónica:

-"Dígame ¿Dónde está ubicada La Tasca del Némesis de Lucifer?"

Se quedó pensativo un buen lapso de tiempo sin darme respuesta. Por fin nos retiramos del lugar y varias semanas después todavía no acertaba responderme. Me comentó que había investigado en múltiples fuentes de entero crédito y que ninguna le había dado respuesta sobre el lugar que le reté ubicar. Lo que él nunca supo fue analizar dónde estábamos... 

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "La Tasca del Némesis de Lucifer" © 2012 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

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