viernes, 28 de septiembre de 2012

"Restaurante Chino"

Tradicionalmente los Domingos, con todo y ser el primer día de la semana, se toma para un descanso total y es también señalado para dedicárselo a la familia.


De ahí que pocas personas comen en sus casas ya que 'la huelga de calderos' es un hecho ese día para muchos de nosotros.

Conciente de lo más arriba expuesto, busco siempre la manera más sencilla de solventar mi situación.


Por fortuna o no, hace unos años los Chinos invadieron la ciudad montando ‘centros de uñas’ e interminables restaurantes de comida rápida en donde los grandes protagonistas son la desmesurada cantidad de arroz que le dan a uno y por supuesto, el famoso pica-pollo.

Con la firme intención de extender mi capital ese día, me dirijo hacia uno de esos restaurantes chinos del centro de la ciudad.


Al llegar, un mar de gente se aglomeraba allí confundiéndose entre el pago al cajero y las peticiones a las dependientes.

En un ambiente sumamente cálido y cito ‘cálido’ literalmente ya que el acondicionador de aire veía frustrada sus aspiraciones de climatizar el área en una abierta demostración del mucho calor que puede hacer cuando hay tanta gente en un mismo lugar:

-“Señor, dígame qué le sirvo”, me pregunta una dependiente.

-“Gracias y buenas tardes. Quiero un servicio mediano de chow fan. Me añades por favor salsa agridulce y un refresco merengue”, le solicito.

-“
¿Se lo va a llevar o se lo comerá aquí, señor?”

-“Es para comer aquí”, le digo.

-“Se puede ir sentando que yo se lo llevo a su mesa”

En eso miro alrededor y veo que eso de ‘se puede ir sentando’ tardaría un buen rato ya que las mesas estaban ocupadas en su totalidad.

En un momento determinado, el líder de una familia sentada muy cerca del área de caja, me mira y me hace señas que me acerque. Al hacer lo propio me pregunta el caballero:

-“
¿Uté no’e el de la' película'?”

-“Para servirle”

-“Etaba mirándolo como bucando lugal. Siéntese aquí que ya nosotro' casi acabamo”, me invita decentemente.

Doy las gracias y me siento. Transcurridos unos escasos 3 ó 4 minutos, se retiran de la mesa y en eso pasa una de las camareras haciéndome señas de que mi orden estaba casi lista.

Para entretenerme en algo saco mi desfasado celular y chequeo la mensajería y procedo a borrar la casilla ya que estaba llena. Por fin llega la camarera y me sirve.


La posición que estaba sentado me daba control visual absoluto hacia fuera y veo llegar flamante vehículo europeo que parecía acabado de comprar.

El conductor era alguien conocido, pero de ésos que uno le dice “hola” por cortesía y que en realidad por circunstancias, nunca hemos interactuado. El hombre cierra su carro, activa su alarma, entra al sitio, al hacer contacto visual conmigo me dice levantando la mano izquierda “hey”, respondo igual y sigo almorzando.

Los Chinos saben bien su negocio y como no tontos, para ellos es mejor bajar los precios y así mantener su negocio lleno todo el tiempo. La cantidad de gente aun era amplia y lugares vacíos, escaseaban. En una, el ‘conocido’ me mira en un abierto interés de sentarse y accedo a invitarle.

-“Gracias man. Eta vaina e’un lleno to’lo’ domingo,
¿eh?”, me dice.

-“Eso es así”, le digo.

Sin preguntarle me dice:

-“Acabando de llegá del car wash y poniendo nítido el carro”.

-“Si ya veo. Bonita máquina.
¿De qué año es?”, pregunto en tono escéptico.

-“Ese carro e’…”.

En eso saca su celular de última generación y comienza a accionar varios botones, activa el modo manos libres, coloca el aparato en la mesa y antes de contestar me dice “e’ mi mujel” y procede:

-“Dime mi amol”.

-“Mira y pa’ cuando e’ el asunto?
¡Lo’ muchacho y yo tenemo’ hambre! ¡Mira a ve’ si avanza en eso!”, le dice una insistente mujer.

-“Oye ‘tate quieta mujer...
¿Me va a sofocá?. Mira aquí hay má’ gente que do’ vece’ el etadio lleno”, le dice hablándole al speaker.

-“
¡Bueno pue’ ya tu sabe!”, sentencia la mujer y cuelga.

-“Oye mano la mujere son una vaina.
¡¿Tu vite con la presión que me ‘taba montando y uno aquí cogiendo lucha!?”, me comenta medio acelerado.

-“
¿Por qué no comen aquí?. Hoy es un día familiar y así salen de la casa y hacen algo diferente”, le comento.

-“No loco, lo que pasa e’ que mi mujel dice que no tamo’ preparao’ pa’ comé sentao’ aquí.
¡Tu sabe!, ella trabaja en una oficina y las amigas siempre tan cuchichiando como uno vive y to’esa vaina”.

Como no tenía qué responderle y para no provocar que me cayera mal mi almuerzo tras escuchar semejante estupidez, opté por callarme y terminar de almorzar. El breve silencio, se corta con otra llamada:

-“
¡Oye que trote man! ¡e’ mi mujer otra ve!”.

Acciona el botón del speaker nueva vez y dice la dama:

-“Mira ahora que me acueldo, vamo' aprovechá el carro pa’llevá lo muchacho donde mami y así ahorrano pagá taxi.
¡Ten cuidao’ con irte a bultiá en ese carro que tu sabe que ese carro e’de la compañía!”.

Mudo de por vida y con la cara bien larga y llena de vergüenza, el hombre se quería evaporizar y procedí a preguntarle:

-“
¿De qué año me dijiste era el carro?”.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Restaurante Chino". © 2009, 2010, 2012 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

viernes, 14 de septiembre de 2012

"Chuleo Espacial"

De las tantas inolvidables vivencias en época de escuela, una de las más significativas para mí fueron las famosas giras escolares a varios puntos de interés cultural en Santo Domingo.

La excitación no tenía límites ya que el hecho de ir a una gira, representaba no tomar clases ese día y aunque estuviéramos en uniforme, el asunto adquiría un matiz que se traducía en una sola cosa: gozadera total.

En 1986, el colegio donde estudié organizó una gira para El Museo Nacional de Historia Natural, conocido por poseer cuatro salas dedicadas al conocimiento: La Sala del Universo, La Sala de la Tierra, La Sala Humana y la Sala Ecológica. Obviamente estas salas pertenecían a una parte de lo que el museo como tal brindaba.

Siendo un excelente estudiante fanático de las Artes y Humanidades, además fiel apasionado de la Historia Universal, Geografía, Lengua Española y Ciencias Naturales, para mí en particular la gira era de importancia capital en términos de conocer más sobre el aspecto científico.

Sumado a esto, estaba el boom de que era la primera vez que mi curso iba al citado lugar. El museo, inaugurado en 1981 por el gobierno del desaparecido Antonio Guzmán Fernández, era el lugar más popular y visitado por giras escolares a nivel nacional.

A última hora, una cantidad de los compañeros no pudieron ir y el colegio como había pagado los servicios de un bus con capacidad para 64 pasajeros, optó por invitar otros cursos para llenar el cupo. Esa decisión fue vista por mí como un ‘súper visto bueno’ porque había una estudiante nueva de nombre Berenice, que me tenía de vuelta y media.

Por fin salimos y como hombre activo, me fui a la famosa ‘cocina’ para gastar energías con mis compañeros y sentarme cerca de Berenice. La fémina en cuestión, era la hija mayor de su padre y sumamente consentida. Hablaba con pocas de sus compañeras y siempre tenía algún atuendo de moda más un carácter ultra arrogante.

-“Disculpa,
¿me puedo sentar a tu lado?”, le pregunto.

-“Bueno el sillón no es mío, pero si te vas a sentar a mi lado te voy a pedir por favor que detesto la bulla”, responde con cejas alzadas.

-“Un poco delicada tu petición, pero haré lo posible por complacerte”, le respondo al momento de sentarme. Sin perder tiempo me presento:

-“Un placer. Mi nombre es…”

-“Marcos el de la Flush”, me dice.

-“
¡Vaya! tú también!”, le digo sorprendido.

-“
¡Claro! ¿Te vas a ser ahora el desentendido? Todo el mundo en el colegio está loco con tu passola y es el pan nuestro de cada día”

-“Estoy consciente de eso… discúlpame,
¿Cómo es tu nombre?”

-“
¡Berenice, pero ni te emociones cariño!”

-“
¡¿Pero emocionarme con qué Berenice?!”

-“Con fantasear que me monte en tu Flush papito. Acabarás antes de finalizar el bachillerato con medio colegio, pero ésta que está aquí
¡NO estará en tu listado mi amor!”

-“Oye, apenas estoy ahora en octavo y no creo que para cuando esté en 4to. de bachillerato las cosas sean iguales. Mira mi intención no es incluirte en mi lista como dices, pero debes saber que desde que llegaste al colegio, me tienes loquito Berenice”.

-“
¡Ay por favor jajaja! ¿Es así como le dices a todas, verdad?”

-“Cómo quieres que te lo demuestre Berenice?”

-“Bueno Mr. Marquito Flush jajajaja ruégame y convénceme que tienes casi un día de clases. Si no te molesta, voy a escuchar música en mi Walkman”


Se pone sus llamativos audífonos jactándose de ser una de las pocas dueñas de un Walkman y no volvimos a cruzar palabra hasta que llegamos al museo y provoqué coincidir con ella en la cafetería:

-“Supongo que no te molestará que merendemos juntos”, le pregunto.

-“No para nada. Yo me traje mi propia merienda. No sabía si lo que habría aquí me gustaría y por eso me traje mi comida”

-“
¿Te puedo confesar algo Berenice?”, le digo mirándola fija a los ojos.

-“
¡Muchacho! ¡no me mire así que me estas dando miedo!. Confiésese Marquito Flush”

-“Cuando te vi darle la mordida al pan, me fijé en esos labios que estoy convencido tienen sabor a fresa”

-“jajajajaja ay Marcos…
¿Eres siempre así de creativo?”

-“Todo el tiempo mi amor”

-“
¡Hey! Cuidadito con eso de 'mi amor' que no soy nada tuyo aún”

En eso, la profesora encargada del grupo al cual había sido asignado, interrumpe mi muela para indicarnos las pautas a seguir y presentarnos a la guía que nos daría la inducción en el museo.

La enorme estructura constaba de siete enorme pisos con interiores bastantes contemporáneos para la época. En el recorrido, nos llevaron a varios talleres donde se restauraban piezas, luego vimos brevemente una enorme sala de conferencias, una bien equipada biblioteca y la guía intentó crear conciencia hablándonos de la importancia del ecosistema al momento de mostrarnos los jardines.

Llega el momento más esperado de la gira y somos conducidos a la Sala Humana, luego a la Sala Ecológica seguida de la Sala de la Tierra y finalmente, la Sala del Universo. Allí le agarro sutilmente mi mano a Berenice y ésta accede sin problemas.

La sala estaba bien obscura ya que las paredes tenían una pintura que emulaba el espacio sideral y para darle vida a la animación, se requería nada de luz. En eso la guía nos invita a seguir el recorrido y la muchedumbre va saliendo y aprovecho y le digo al oído a Berenice:

-“Quédate justo donde estas y deja que salga el resto…”


-“
¡¿Tú estas loco?! Si nos ve la profesora se va a armar un lío”, me dice susurrando.

En eso y sin medir más palabras, la sujeto por la cintura y rápidamente la pego a mí y comienzo a besarla. Nerviosa me mira y me vuelve a susurrar:

-“
¡A la verdad que tú estas loco Marcos…!”

-“Por tí Berenice y desde que llegaste al colegio.
¿Ya te convenciste?”

En eso oigo unos tacos acercarse a la sala. Miro a una de las salidas, pero no divisamos a nadie y de repente la guía nivela el control de claridad de la sala y nos dice:

-“Jovencitos, lamento haber interrumpido su chuleo espacial. Vuelvan a su grupo por favor”

El Museo Nacional de Historia Natural, está localizado en la Plaza de la Cultura, Avenida César Nicolás Penson, Santo Domingo.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Chuleo Espacial". © 2009-2012 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

viernes, 7 de septiembre de 2012

"100 Metros Planos"

Yo no sé cuántas personas en su momento, han sido atletas frustrados.

Muchos varones se quedaron con sueños de ser beisbolistas, basquetbolistas, boxeadores, nadadores o corredores de distancia, entre muchas otras disciplinas.

Algunos otros ejemplos incluyen también hembras, pero mayormente en volibol.

De muchacho intenté frustradamente convertirme en un corredor de metros planos y salto alto y largo, mucho antes, de mi también malogrado esfuerzo, de ser pelotero.

En 1985 estando en octavo grado, se organizó un evento escolar en donde la SEDEFIR apoyaría en varias disciplinas, a nuevos prospectos con miras a ser preseleccionados para estudiar en prestigiosas universidades y en otros casos, en el extranjero. Como me gustaba tanto correr, opté por la modalidad de los 100 metros planos y los saltos alto y largo.

Llegado el día del evento, una desmesurada cantidad de estudiantes de diferentes escuelas privadas y públicas convergimos en la pista de atletismo de mi ciudad ubicada en un sector de nombre Buena Vista Sur.

Allí nos confundimos todos entre familiares, vecinos y amigos de todos. Imagínese el mar humano congregado en aquel lugar.

El desorden imperó a todo lo largo y ancho del evento y adolescentes se mezclaron en disciplinas con menores que éstos, en fin! un desastre mayúsculo. 


Recuerdo ver manganzones corriendo a mi lado y ganándome ventaja cual si fuera un Toyotica ante un Ferrari. Evidentemente perdí la competencia.

Incómodo y desorientado voy al lugar donde estaba el refrigerio. Había que hacer fila y delante de mí había una bellísima joven que ganó en la competencia de lanzamiento de jabalina. Al terminar platicamos:

-"Estaba bien confundido contigo. Ganaste fácilmente aún con el esfuerzo que hay que hacer al lanzar esa cosa", le digo.

Ella sumamente contenta y con botella de agua en mano se da un trago y me dice:

-"Se llama Jabalina
¡Y mira que casualidad! Yo también me confundí con ustedes los riquitos", me dice irónicamente.

-"
¿Riquito? ¿Por qué dices eso?", le pregunto (¡en el séptimo piso del limbo!)

-"
¡Ay no te hagas! ¡Ustedes los que estudian en colegios privados se creen la gran cosa! ¡Llegan en sus vehículos cuidados de su mami o papi, le traen ropa nueva y ni hablar de la comida!", sigue en tono irónico.

-"Pues no sé a qué te refieres. Es cierto que estudio en un colegio privado, pero eso no me convierte en nadie superior. Sobre lo otro que mencionaste, todos los hijos somos importantes para nuestros padres y para tu información ando a pie y no soy ningún riquito como dices", le advierto.

-"Bueno, suenas como que es verdad. Olvídate de eso y vamos a apoyar a nuestros amigos. Me llamo Lorena,
¿Y tu eres…?"

-"Marcos. Un placer".

-"Ví cómo perdiste en los 100 metros planos. Creo que tienes una buena oportunidad si sigues intentando. Lo que te restó fue que te mezclaron con los mas grandes", me dice.

-"Eso creo…", le digo aún en el Limbo.

-"
¡Mira! ¡Anímate ya tendrás otra oportunidad y quien sabe si ganas!", me dice en buen tono.

Terminó el evento y antes que cada quien tomara sus respectivos rumbos, le pregunto a Lorena cómo podría volver a verla:

-"Dudo mucho que podamos coincidir otra vez, Marquitos", me dice entre risas.

-"Te gusta el diminutivo de mi nombre,
¿eh? ¡Bueno!, eso es un adelanto. ¿Cómo es eso que dudas volver a verme? ¿Te vas para Hawái?", pregunto.

-"Jajajajaja tú sí que eres gracioso.
¡Pues fíjate que no!, no me voy para Hawái, pero tu ambiente y el mío no concuerdan. Tú dices que no eres rico, pero cada vez que te veo, andas con hijitos de papi y mami y no me gustaría pasar un mal rato", insiste.

-"
¡Oye pero eres un problema con eso de los niños ricos! ¿Dónde es que me ves?. ¿Estas en todos los lados?"

-"Jajajajaja, no!, pero vivo cerca de tu casa y cada vez que voy para la escuela, siempre te veo arregladito y con tus amiguitos rumbo a algún sitio. Es mi impresión", me dice con su risita.

-"Debo entender entonces que estudias en la escuela pública y si vives cerca entonces debe ser al Este. Eso se traduce en Río Salado", le preciso.

-"
¡Jajaja geógrafo y todo el Marquitos!", me dice.

-"Está claro que te he caído bien.
¿Cuándo me darás la oportunidad de demostrarte que estas confundida conmigo?", sigo insistiendo.

-"
¿Estas seguro que deseas visitarme? Yo ya te dije que soy una muchacha pobre y a lo mejor no encontraras cosas de lujo en mi casa ni nada que se le parezca".

-"Sólo dime cuándo y que hablen los hechos porque palabrería ha habido demás", le digo.

"Está bien. Un día de estos que pase por tu casa te digo, Marquitos"

Pasaron cerca de 3 semanas y no volví a ver a Lorena y para colmo de males, no podía dejar de pensar en ella. Estaba convencido de que vivía en Río Salado, pero al ser tan grande ese sector, mis posibilidades eran prácticamente nulas: no habían celulares (existían beepers, pero eso estaba reservado para doctores e ingenieros mayormente) y nada de Internet.

Un día cualquiera estoy en frente de mi casa jugando pelota con mis amiguitos y de repente,
¡veo a Lorena!. En ese momento se acabó el partido para mí y provoqué la ira de algunos de mis amigos porque el juego era el famoso “desafío” (consistente en apostar cierta cantidad de dinero que pagaba el perdedor) ¡y ya se puede usted imaginar!

-"
¡Hola Srta. Falsa!", le digo entre risas.

-"
¡Jajaja cómo gozo contigo Marquitos! Tus amigos se ven medio molestos desde aquí", me dice.

-"No te preocupes. Hay más días para seguir jugando pelota.
¿Dime por fin cuándo podré verte?", le digo insistente.

-"
¿Y todavía tú estas en eso jajaja?"

-"¡Claro! ¿¡Es que no te das cuenta que desde que te ví perdí la noción del tiempo!?"

-"
¡Sí como no! ¡Ustedes los hombres! ¡Todos son iguales!", me dice.

-"
¿Oye, pero de qué forma es que funcionas? ¿Por qué te gusta tanto generalizar?", le pregunto.

-"Mira está bien. Mañana es sábado y no tengo que ir a la escuela. Pasaré por aquí para coordinar hora y todo lo demás,
¿te parece?"

Accedí espléndido. Al día siguiente creo haber contado cada minuto de cada hora desde que amaneció. Por fin llega la tarde y se aparece Lorena:

-"
¡Hola Marquitos!", saluda con una sonrisa ganadora.

Me percaté lo bien arreglada que estaba. Olía bastante bien y lucía sumamente agradable. Acordamos estar en su casa a las 7:00 PM y ella me pasaría a buscar una esquina antes de mi casa.

Recuerdo haberme bañado bien temprano y las ansias me mataban. Una tía me había regalado un perfume “Quorum” de Puig que casi me lo termino. La (en aquel entonces) muy de moda gelatina TCB de Sebastian, me la ajusté en mi cabeza, más el aderezo de mis Hush Puppies engomados, jeans Levi’s y un t-shirt Hang Ten.

Llega la hora y allí estaba Lorena esperándome exactamente una esquina de mi casa, esquina ésa que emulaba una 'frontera imaginaria' que dividía mi barrio y el de ella.

Se percata de mis atuendos y me dice que me veía bien y sin pérdida de tiempo le pregunto:

-"
¿Oye, por qué tenías que venir a buscarme? ¿Pasa algo?"

-"Es mejor así . No te preocupes, Marquitos", me dice muy natural.

Al llegar al área donde deberíamos entrar, había una pendiente la cual nos tomó unos 3 minutos bajar (me decía en mis adentros "bueno compadre usted nunca fue al manantial de noche, prepárese a debutar"). Ya en la modesta casa, a unos escasos metros del río, entramos:

-"Abuela mire el es Marcos, el amigo de quien le hablé conocí en las olimpiadas escolares"

-"Mucho gusto señora", le digo a la dama.

Me invitan a sentarme y de una vez la señora añade:

-"Que bueno que Lorena tenga amigos como Usted. Ella me ha hablado bien de Usted. Yo le vivo diciendo a mi nieta que se junte con gente que le sumen"

-"Gracias, señora", le digo medio tímido.

-"Marcos, te había dicho que aquí somos gente pobre. Lo único que te puedo brindar es un jugo de limón y unas galletitas de soda con queso", dice abruptamente Lorena.

-"No hay problemas Lorena", le digo.

-"Bueno, los dejo para que puedan hablar. El ambiente es de juventú' y yo ya soy una vieja. Lorena, que el joven no se vaya tarde por lo que sabemos", sentenció la señora.

En eso me dí un trago bien rápido de la limonada y obviando galleta y el queso, le digo mirándola fija a los ojos:

-"No quiero ser imprudente, pero
¿qué es eso de lo que sabemos?"

-"
¡No te asustes! Lo que pasa es que por aquí hay muchos tigueres y no es bueno que te vayas tarde porque les gusta molestar y llamar la atención"

Rápidamente, me dice en tono súper natural 

-"No me dejes esas galletas que las compré con mucho amor para ti, Marquitos"

Entre diálogo y diálogo, cherchitas breves, añoranzas y hasta confesiones, dan las 9:00PM y se interrumpe la velada:

-"
¡Wow! ¡Es bien tarde Marcos! No te sientas mal, pero ya debes retirarte..."

-"OK, no hay problemas", digo.

Un abrazo, me despido de la señora (que hacía rato era víctima de Morfeo) y nos disponemos subir la pendiente. Al llegar arriba, hay unos 5 ó 6 muchachos en la esquina hablando de mí. Le pasamos por el lado y sin mediar palabras comenzaron medio discretos a seguirnos.

Angustiada me dice Lorena en voz ultra baja:

-"
¡Marcos!"

-"
¿Si?", le pregunto.

-"
¿Te acuerdas de la oportunidad que perdiste en la competencia?", me dice bien deprisa.

Medio confuso y extrañado le digo:

"
¿Sí, por qué…?"

-"
¡Este es el momento de ganar esa carrera perdida!"

Corrí más rápido que el famoso Ben Johnson e inclusive ahora en la actualidad, Félix Sánchez, fuera hijo mío ya que las plantas de los pies me llegaban a la nuca y caballo alguno podría tener lengua más larga que la mía en esos 100 metros que dividían su barrio del mío.

Unos meses después me enteré que Lorena se fue a los EE.UU. a solicitud de una tía suya. Jamás he vuelto sa saber de ella...
 


Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "100 Metros Planos". © 2009-2012 Marcos Sánchez. Derechos reservados.