viernes, 25 de mayo de 2012

"El Súper Flow"

Una de las características más comunes en cualquier cultura es colocarle un sobrenombre a alguien inspirado en alguna acción ejecutada generalmente por otro alguien.

Con el paso del tiempo, los nombres pierden popularidad y luego vuelven a recuperar su esplendor o simplemente, desaparecen.

Todos sabemos que los apodos vienen principalmente por motivos familiares y luego por moda gracias a un cantante o actor del momento y pocas veces, por sugerencias.

Lo cierto es que hay sobrenombres que llegan a influir a tal punto, que su uso es tan natural que se toma como el verdadero nombre de una persona.

En la cultura dominicana se confundió el uso de un nombre propio empleado como apodo. De ahí que es muy común escuchar a alguien llamarse ‘Rafael’ cuando su nombre real es ‘Augusto’.

Sumado a este caso, mencionamos la llegada de los Norteamericanos en 1916 la cual trajo en el caso que ocupa este relato, muchos anglicismos.

El posicionamiento de los mismos, se agudizó en las subsiguientes intervenciones y ya actualmente muchos de ellos son parte de nuestro idioma.

Uno de los casos más recientes fue el desmesurado uso del término ‘flow’ que en realidad significa ‘flujo’, pero su uso en el mundo de la música urbana lo ubica en ‘algo o alguien que llame la atención’.

Así surge este curioso personaje que se hacía llamar ‘Súper Flow’…

-“¿Marcos y qué es lo que te pasa? ¡Quítame esa cara! Usted es un hombre sociable!”, me exige un aspirante amigo a andanzas

-“No es mi intención desanimarte, pero esta caja encerrada con música a todo volumen es algo sumamente serio”

-“¡Papá debes actualizarte! Ya no estamos como tu época en los 80 cuando era de rigor sonar cuatro merengues, cuatro salsas, cuatro boleros y cuatro música americana jajaja”

-“Hablas como si se tratara de una época medieval. De eso no hace tanto y aunque algunos cambios son buenos, ésta, es una modalidad para lunáticos”

-“¡Je, je, je relájate desde que pasen unos minutos tu oído se acostumbrará!”

-“Definitivamente no debería estar aquí. Peferiría volver en el tiempo a mi época”

-“¡Bueeeenoooo ahora e’ que se va a poné buena la cosa! Ahí viene un pana mío que e’ loquísimo con tu sesión de cine!”

-“¿Dijiste ‘sesión’?”

-“¿No es así que se dice? sesión

-“Se dice sección con doble C ya que la otra palabra es para…”

-“¡Ya, ya, ya! ¡Nisiquiera en trago este hombre deja de corregir!. ¡Mi pana!”, dirigiéndose a quien llegó

-“¡Hey! ¿todo bien?”, saluda en plural

-“Marcos, conoce a mi panal full de andanzas nocturnas, El Súper Flow jajaja”

Al estrecharle la mano, reacciono asombrado ya que noté que el individuo se había tomado muy en serio eso de aplicar características a su alter ego.

Aunque lucía una persona en sus medianos veinte, parecía que en su niñez el hábitat predominante era la moda Disco.

Llevaba chaqueta blanca combinada con unos pantalones de igual color, camisa y zapatos negros a lo John Travolta en su personaje de Tony Manero en Fiebre del Sábado por la Noche y la cabeza raspada con un look muy similar al finado actor Yul Bryner.

En un abierto acto de alarde, hace señas a dos de las varias dependientes del lugar que se les acerquen.

Una de ellas procede a abrazarlo y la otra asiente con su cabeza al éste decirle algo al oído. En eso me mira fijamente y me dice:

-“Amigo no se asuste. Aquí el que controla es el Súper Flow. Sólo dígame la que le gusta y caso resuelto brother”

-“Gracias por las atenciones. En realidad accedí a venir un rato acá para complacer a nuestro amigo en común”

-“¿Ta’ preocupao’?”

-“Lejos de prejuicios con lugares como este, simplemente es una etapa vivida”

-“¡No se preocupe hermano! ¡Usted chequee el material y fuego a la lata!”

En eso veo que toma un pedazo de servilleta y me lo pasa diciéndome al oído:

-“Haga par de bolitas y póngaselas en los oídos. Así la vibración del sonido le molestará menos”

Sonaba extraño, pero era una auténtica lógica. Procedí a lo propio y medianamente, amortigüé el estruendo interno.

Pasó una media hora y para mi asombro noto que el ‘Súper Flow’ se ha enfrascado en una acalorada discusión con una de las dependientes y rápidamente, los encargados de seguridad procedieron a sacarlo.

El anfitrión en común me pide serenamente que me quede sentado y sale del recinto con intenciones de averiguar detalles de lo ocurrido.

Transcurren unos 10 ó 15 minutos y entra el amigo sin El Súper Flow…

-“La gente e’ como loca man…”

-“¿Qué pasó con el pana?”

-“Oh, y este hombre dizque amargao’ exigiéndole a la muchacha que no mirara a nadie”

El impasse se debió a ‘una versión mejorada’ y mucho más joven del Súper Flow, quien sin mucho alarde, se había ganado la atención de la fémina acompañante del ahora tribulado dandi.

-“¡Ta’ loco ese buen loco! ¡Pa’ mí pasó de Súper Flow a superfluo ese estúpido!”, expresa la llamativa muchacha y se retira abruptamente

-“Esta mujeres están pasá jejejeje dizque superfluo jajaja”

-“Yo creo que en la forma que ella lo dijo sabía perfectamente lo que decía”

-“¿Qué va a sabé’ eso?! ¿Tú no viste que era intentando hablá Inglé' machacao’?”

-“Al parecer no entiendes. El pana tuyo ahora es superfluo por la llegada de quien lo sustituyó”

-“¿Vas a seguir?!”

-“¿Tienes Internet en tu aparato?”

-“¿Sí, por qué?”

-“En lo que retorno del baño, busca la palabra superfluo…”

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "El Súper Flow". © 2012 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.