Hace unos meses fui citado por un singular personaje para unas clases de Inglés privadas que a su juicio, eran determinantes.
Su interés radicaba en que pasaría por una importante prueba laboral, la cual le exigía un dominio amplio de la lengua de Shakespeare para obtener éxito con una futura reunión de negocios.
Se da el encuentro, llegamos a un acuerdo de fecha de inicio, precio y días a tomar sus clases. Generalmente el que busca ese tipo servicio suele advertir que tiene un sinfin de conocimientos previos y que lo único que necesita es un "poquito de conversación".
Cuando se dan esos casos, opto por referir al interesado ya que me resulta estresante colaborar con alguien quien te quiere hacer entender qué debes hacer en tu área de conocimiento y muchas veces, cometen el error de ponerle precio al intelecto.
Lo cierto es que aprendí algo de esa persona y me di cuenta una vez más que saber no tiene precio...
-"Buenas tardes", saludo al frente de un lujoso apartamento en un residencial.
-"Si, dígame", me responde una mujer de mediana edad ataviada con ribetes de servidumbre.
-"Discúlpeme. Soy el Profesor de Inglés de la señora. Supongo ha de estar esperándome"
-"Ah!, si. La señora me dijo que uté venía. Ecúseme, que cuando lo vi no pensé que se trataba de un hombre joven"
-"Bueno, gracias. ¿Puedo pasar?"
-"Ay no profesol, la señora no'táquí. Le dejó dicho que la ecúse y que pase por ete salón a recogé el dinero"
Me pasa un papel con el nombre del lugar donde se encontraba mi cliente. Me despido y procedo a ir al encuentro de la señora.
Al llegar, me encuentro con un verdadero enjambre de mujeres hablando hasta más no poder en un improvisado lobby del salón. Desorientado, me acerco a una muchacha que aparentaba ser secretaria:
-"Joven, buenas tardes"
-"Ajá, dígame"
-"Gracias. Mira, por favor házmele saber a aquella señora que la estoy buscando por favor"
-"Dame un momentito mi amol. Siéntate ahi. ¿Como e' que tú te llama?"
-"Dile nada más que su profesor está aquí"
Tras una breve espera, llega la señora con su pelo bien arreglado y con un look que parecía aspiraba a un cargo gerencial:
-"Ay profe qué pena con usted. Discúlpeme de verdad por haberlo hecho venir hasta acá"
-"No se preocupe. No pasa nada"
-"Mire yo sé que usted es un hombre ocupado, pero tendremos que llegar a un lugar para darle el dinero porque solo ando con mi tarjeta"
Subo y bajo en mis adentros y con cara de haberme ganado la loto, le digo que no hay problemas y que accedería ya que pensaba que se trataba de un cajero. Mi percepción fue errada ya que el sitio era un discreto restaurant vegetariano!:
-"Venga, no se preocupe que nos vamos enseguida", me dice.
Me siento y se acerca un jovencito con dos sendos platos de ensalada verde. Atónito miro a la señora en búsqueda de un '¿Y entonces?' y me dice:
-"No le pregunté nada, pero estas ensaladas son riquísimas. Sé que le van a gustar. Joven, traiganos aceite de oliva de primera presión en frío, por favor"
-"No quisiera resultar imprudente, pero qué es eso de primera presión en frío?
-"Anjá profe va a aprender algo nuevo ja,ja,ja"
-"Todos los días se aprende algo. No tengo la menor idea sobre qué es ese término"
-"Es algo sencillo. La primera presión en frío es el estado natural que el aceite de oliva se encuentra, antes de su proceso de industrialización"
-"Entiendo. Entonces quiere decir que la información en las etiquetas de virgen o extra virgen hacen alusión a ese término"
-"Ja,ja,ja, para nada. Por lo visto usted tendrá que pagarme esta consulta ja,ja,ja. Mire, si no dice la frase, mejor búsquese un envase que sí la diga ya que garantiza la pureza del producto"
Terminamos de almorzar y la señora me pagó al llegar su socia del negocio. Su entrevista fue exitosa y me recomendó con otra persona en situación similar.
Investigando después sobre el aceite de oliva, me enteré la razón por la cual la gente elige las botellas de vidrio oscuras.
La razón es porque preservan mayor calidad del producto y esa oscuridad, protege al aceite de los rayos solares que modifican su composición y aceleran su vejez.
Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Primera Presión en Frío". © 2010 Marcos Sánchez. Derechos reservados.
