viernes, 29 de noviembre de 2013

"Los Caballitos"

Una de las ventajas que siempre ha tenido La Romana es que extranjeros con grandes capitales y un poquito de visión, optan por probar suerte en la también llamada 'Flor del Este' y ese periodo generalmente se convierte en una estadía permanente.

Cuando me refiero a extranjeros es por partida local e internacional. Gente de otros pueblos llegan en búsqueda de oportunidades y casi siempre se quedan.

Un sondeo rápido en base al porte de cédulas en una parte céntrica de la ciudad para determinar orígenes, arrojaría individuos de lugares conocidos como Baní o sitios bien lejanos como Las Matas de Farfán.

En el orden internacional encontramos una amplia comunidad de chinos, árabes, españoles, italianos y franceses. En menor cuantía, estadounidenses, venezolanos, colombianos y puertorriqueños.

Por razones económicas, las atracciones que llegaban a la ciudad siempre era en sociedad con algún extranjero ya radicado y éste a su vez, contactaba otros de su estirpe con domicilio en Santo Domingo.

Así llegaban los famosos "caballitos", que no eran más que unos ultra usados equipos, desechados en otras latitudes y hasta descontinuados por el mismo fabricante, pero que aquí, con una leve pintadita, parecían 'nuevecitos'.

Cerca de mi casa, existía un campo de béisbol que le apodaban 'El Play de La Normal', nombre adquirido debido al liceo Tiburcio Millán López, que en sus orígenes le llamaban 'la escuela normal'.

En el referido lugar instalaban un improvisado parque de diversiones en donde la mayor atracción era el gran carrusel que tenía tanto asientos como sólidas figuras en forma de caballos y de ahí el nombre 'los caballitos'.

Un domingo cualquiera, era imposible obviar ir a los caballitos ya que en la escuela nos anunciaban hasta la saciedad que "eran las últimas semanas" y ya usted se puede imaginar. Resuelto el dilema, me voy con mi hermano y algunos de los muchachos más adultos para los caballitos...

-"¡Arturo! ¡Arturo!, yo quiero montarme primero en los caballitos", le digo a mi hermano-tutor.

-"¡Espérate! que cada vez que venimos te vuelve loco y se acaban el dinero", sentencia.

-"¡Pero papi te dió suficiente para los dos!", le exijo.

-"Mira lo que vamos a hacer: sólo hay dinero para un par de subida en lo caballitos, la estrella, el gusano y la sillita voladora"

-"Pero con eso da Arturo..."

-"¿Ajá, y cuándo tu comiences a pedirme refrescos, algodón, sándwiches y rosetas?"

-"¡Ah no!, ¡yo no sé! Papi dijo que me montara en todo lo que yo quisiera...", le digo con la clásica carita triste...

El dinero era bien abundante. Mi papá era caraquero en ese entonces y por lo regular, siempre había efectivo en sus bolsillos. Mi hermano en realidad tenía otros planes: el y su séquito andaban con 'novias' y eso disparaba el presupuesto considerablemente.

-"¡Mira! ¡óyeme bien!. ¡Una montada en lo caballitos, otra en la estrella y lo otro es para comer!"

-"¡¿Pero y la sillita voladora y el gusano?! ¡Se lo voy a decir a papi!", le advierto.

En eso llega una de las admiradoras con cara de "yo no fui" e interrumpe abruptamente:

-"¡Diantres Arturo! ¡¿Este es tu hermanito!? ¡Igualito a ti! ¿Por qué tu tiene esa carita guapita?"

-"Porque..."

-"¡Pssst hey! ¡cuidadito muchachito!", dice mi hermano con unos ojos que mandaban a correr hasta el padre de la película "El Exorcista".

Llegamos a un acuerdo verbal, que obviamente no se cumpliría, me subo en mis caballitos y doy vueltas hasta más no poder. De repente no veo a Arturo por ningún lado. El miedo se apiadó de mí y desde lo alto escuchaba mi nombre.

Al levantar la cabeza, notaba que la voz se iba y se acercaba: Arturo enganchado en 'La Estrella' con su fémina. Bajan muy sonrientes y lo comienzo a presionar bajo amenaza de que me lleve a la casa.

Durante mis vueltas en el carrusel, se habían tomado fotos, montado en el gusano y comido. El dinero estaba bien escaso e incómodo me negué a comer. La muchacha aprovechó el descontento y le dice en voz medio baja:

-"Oye, si tu hermanito no quiere comer, entonces cómprame dos sandwiches y un refresco. Acuérdate que todavía nos falta subirnos a la sillita voladora"

Clavé mis ojos con mirada fulminante ante la impostora y miro a mi hermano en espera de una salida salomónica al conflicto:

-"¡Toma! Ve y cómete un sandwich, un refresco y si quieres algodón o rosetas, tienes que esperarme aquí"

Accedo a tomar el dinero. Pagan par de taquillas para la famosa sillita voladora y me quedo estático esperando 'nuevas instrucciones'. El asunto comienza a dar vueltas y los gritos de alegría de los ocupantes giraban una y otra vez.

Existía un mecanismo que hacía levantar el asta de metal que sujetaba los extensos brazos que al final y con cadenas, suspendían las sillas. Miro indignado a la farsante gozar plenamente y por mi mente me pasaba el colérico pensamiento de que el acceso a otras atracciones se habían desvanecido gracias a esa muchacha.

Me acerco al operador y le digo:

-"La muchacha de la taquilla le llama"

El hombre mira hacia la cabina, pero por el ruido no puede dejarse escuchar y decide ir rápidamente a donde la vendedora de taquillas. En eso, dejó el botón que mantenía al tope las sillas y a una velocidad más acelerada.

El operador tardó menos de dos minutos en regresar y al elevar mi vista, fui testigo de cómo la farsante expulsaba de su estómago parte de lo que me correspondía consumir tanto en refrigerio como en atracciones.

Al bajar hubo que llevarla a los improvisados baños y con cara inocente me dice al retornar mi hermano:

-"¿Te gustó venir a los caballitos?"

Con mirada fija y en tono sarcástico le respondo:

-"¡Sí y mucho! ¡Y a papi le va a gustar mucho más cuando lleguemos a casa"

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Los Caballitos". © 2010-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

7 comentarios:

  1. "Yo no me perdia un domingo. Los caballitos era mi juego preferido, ya que le tenia mucho miedo a la altura de la estrella. No me permitian montarme en el gusano, ni en la sillita voladora por que eran peligrosos. Gracias por traer a memoria esos viejos recuerdos. Recordar es vivir. Bendiciones".

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  2. Yaneidy Santana Henríquez16 de abril de 2010, 7:02

    "Uiiiiiiii eso si es viejooooo jeje, digo no es que yo soy tanto jiji!!"

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  3. José Ramón Alba16 de abril de 2010, 8:28

    "Muy bueno, esa era la principal diversión durante las fiestas patronales de todos los pueblos y barrios de este Pais. Todabia existen aparatos de esos que gracias a la magia de nuestro mecanicos sobreviven a los años".

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  4. Victoria Guerrero16 de abril de 2010, 8:45

    "Gracias Marcos. Eres un chico bien inteligente. Te veo en ocaciones en la tv y DIOS te bendiga. Sigue trabajando. Cuidate"

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  5. "ME ENCANTA,,ES LA UNICA MAQUINA QUE ME INSPIRA MONTARME. MI HIJA DONDE LO ALCANZA A VER CORRE Y HACE LA FILA ASI LE DIGA QUE NO HAY CHAVOS PARA MONTAR...GRACIAS MARCOS."

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  6. "Ja,ja,ja te pasaste MS!"

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  7. jajajaja si que te pasasteee! pero ta buena esa por jugar con tu mesada!

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