viernes, 28 de marzo de 2014

"Íntegros al Proyecto"

A mediados de los 80, el viajar se había convertido en un lujo reservado para unos cuantos que gozaban de tener una real cultura de ahorro.

Estaba además el hecho de que tenían familia residentes en el extranjero y así coordinaban viajes vacacionales.

En el caso de la cultura dominicana, la mayoría de quienes aspiraban a viajar anhelaban realizar el famoso sueño americano yéndose a vivir a Nueva York. La también denominada 'ciudad que nunca duerme' es una incesante y combustible selva de concreto matizada por múltiples culturas.

Lo que la gran mayoría ignoraba es que las llamativas y flasheantes postales que nos llegaban desde Nueva York, obedecían a una excelente plataforma mercadológica (como debe ser) que perseguía vender los mejores lugares de la importante ciudad estadounidense.

La publicidad visual, radial e impresa más los testimonios en vivo de personas que habían viajado, llenaban el interés de muchos a aventurarse en un viaje 'pa' lo' paises' acuñando esa frase específicamente a esa ciudad y circunscribiendo la idea general de que cuando se hablaba de Nueva York, era sinónimo absoluto de todo Estados Unidos.

Una de las líneas aéreas más populares en ese entonces fue Eastern, que con su escueto, pero efectivo eslogan 'las alas de América', lograba metérsele en lo más profundo de la psiquis a la gente.

La competencia por excelencia era Pan American World Airways (conocida popularmente como Pan Am) y en un sitial de privilegio también estaba, American Airlines. Las operaciones de Eastern en Puerto Rico y Bahamas provocaron una ruta a Santo Domingo y fue allí donde se conoció en todo el Caribe a "El Grandote", un enorme Airbus A300.

En el caso de unos amigos que tenía en la escuela, la suerte les sonreía ya que el estatus de sus familias les permitía darse esos viajecitos a Nueva York en verano o invierno un par de veces al año...

-"Bueno Malquitos me voy pa' Nueva Yol ete verano"

-"¿Y cuándo tu vuelve?"

-"En un pal de semana'"

-"No deje de tirá foto pa' que me enseñe to' esa chulería de allá"

-"¡Claro! mi tía tiene cámara y siempre tiramo' foto"

Cada vez que regresaba cualquiera de ellos, lo que más detacaban era las famosas fotos en frente de un vehículo copado de nieve. Era de rigor obtener esa imagen ya que se constituía en la prueba definitiva de estar allí.

Con el tiempo, nos fuimos haciendo mayorcitos y los viajes se multiplicaron frenéticamente y ya viajar era un asunto normal para el caso que fuera.

Recientemente coincidí con uno de esos amigos y la nostalgía le invadió al ver cómo había cambiado todo. Entre memorias y risas, me mostró un amplísima gama de las famosas fotos en la nieve y de repente noté una secuencia aún más larga de enormes bloques de edificios

-"¡Ofrézcome! jejeje ¿y todos estos dinosaurios de concreto?

-"¿Esos?"

-"Si"

-"Esos son los proyectos"

-"¿Los proyectos?"

-"Si. Son los equivalentes aquí a los multifamilares. O sea, edificios del gobierno donde la gente vive de cupones y cosas así"

-"¡Pero estoy sorprendido!"

-"¿Por qué Marcos?"

-"Es que de todos los panas que tengo que viajaban, nunca me mostraron fotos como éstas"

-"Jajaja ay mi querido Marcos ¿En dónde tu crees que la mayoría se quedaba jajaja?"

-"No, no, no tú me estas relajando man"

-"¡Pa' que lo sepa brother! La mayoría de esos bulteros eran íntegros a los proyectos!"

El 4 de Marzo de 1989, Esastern se declaró en bancarrota. Dos años más tarde, en la madrugada del 19 de Enero de 1991, cesó sus operaciones.

Actualmente el flujo de pasajeros alrededor del planeta es constante y el enorme aeropuerto de Hartfield-Jackson (Dallas, EE.UU.) es el de mayor actividad mundial tanto de vuelos (2,700) como de pasajeros (86 millones) cada año.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Íntegros al Proyecto". © 2011-2014 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.

viernes, 21 de marzo de 2014

"Choque Cultural"

Mi primera experiencia en asuntos de redes sociales data del 2000 en un momento en que el popular Latin Chat del sitio Terra era todo un acontecimiento.

Previo a dejarme seducir por esa nueva herramienta cibernética, lo único que conocía era el Messenger de Microsoft y obviamente, el famoso Hotmail. Merecida mención al correo electrónico de Yahoo! que de alguna forma jugó un papel importante.

En Diciembre de 2000 me dirigía a una peluquería a corregirme la abundante cantidad de cabello en mi cabeza que bien me hacía lucir como un auténtico carnero. Al llegar me encontré con tremenda fila y con lo poco que me gusta hacerla, no lo pensé dos veces y me retiré.

El dueño se percató del asunto y logró convencerme dándome una revista Cosmopolitan abierta en la sección de cine. El gesto fue determinante ya que sabía que llamaría mi atención.

Al terminar de leer las reseñas cinematográficas, hojeo unas páginas antes y veo un anuncio que rezaba ‘punto de encuentro’ y más debajo sentenciaba ‘para mujeres y hombres en busca de amistad, amor y matrimonio’. Me dirijo al peluquero:

-“¿Cuántas personas en realidad hay delante de mí?”

-“Tres personas. ¿Pero, qué vas a hacer?. ¡No me digas que te vas!”

-“No, no. Voy a cruzar al cibercafé del frente y vuelvo en breve”

-“OK ¡No dejes de volver!”

Cruzo al centro de Internet y me llevo la revista con la intención de enviar un mensaje y ver si era cierto que funcionaba el asunto. Abrí mi correo en Yahoo! y dirigiéndole el mismo a la editora escribí mi nombre, ocupación, estado civil, edad y nacionalidad.

Fui específico al requerir conocer chicas sólo de Costa Rica, México, Puerto Rico, Venezuela y Colombia. Envié mi e-mail y volví a la peluquería.

Una mañana cualquiera de Enero de 2001, me llama Richard de la Cruz, un gran amigo quien se encontraba junto a su esposa en una importante ferretería de la Capital:

-“Marcos, ¿¡cómo estas!?”

-“¿¡Bien y tú?!”

-“Tranquilo. Mira, te llamaba porque mi mujer estaba hojeando una revista y vimos un anuncio de una persona con tu nombre y apellido, ¡quien además es dominicano y dice ser Locutor!. ¿Tu publicaste algo en Cosmopolitan?”

-“¡Jajaja ni me acordaba de eso! ¡Envié ese mail hace como un mes!”

-“¡Pues cómprala porque lo publicaron!”

Adquirí la revista marcada con ‘el número 1 del año 29’, edición publicada para Puerto Rico. En la portada salió la exquisita modelo brasileña, Fernanda Tavares ataviada con un ultra diminuto vestido Versace negro y ropa interior del mismo color.

Fernanda Tavares en ese momento ganaba 5 mil dólares por desfile y el hecho de ser amiga de las también cotizadas brasileñas, Adriana Lima y Gisele Bündchen, la convertía en objeto de deseo de todo mortal masculino por lo que no dudé un solo instante en echarle mano a esa revista.

El anuncio salió en la página 114 en la segunda de tres columnas minadas con unos 19 nombres entre féminas y masculinos más un recuadro a título de ‘anuncio personal’ con líneas de recorte para los amantes del correo tradicional.

En una semana me escribieron 94 chicas de los países requeridos y el frenesí de mails diarios, era casi indescriptible. No es práctica nuestra categorizar a las personas, pero me vi forzado a hacerlo conforme veía quien tenía tendencia a escribir fijamente y quien no.

De tantas bellas chicas mexicanas, colombianas, boricuas, venezolanas y costarricenses, llama mi atención una chilena que originalmente no había seleccionado féminas de ese país. Invitándome al chat me dice:

-“Hola, soy chilena”

-“Un placer. No te ofendas, ¿pero qué te animó a escribirme si no incluí tu país?”

-“El hecho de que eres dominicano y además eres Locutor. Me fascina tu cultura y hasta ahora, todos los que he conocido eran personas de lenguaje urbano”

-“Comprendo ¿Y…de qué parte de Chile eres?”

-“De una bella ciudad llamada Temuco, al centro del país, es la Capital de la región de La Araucanía. Discúlpame por los detalles…”

-“No te preocupes. Bueno ya sabes mi nombre por el anuncio de la revista. ¿Cuál es el tuyo?”

-“Andrea”

-“Mucho gusto Andrea. Supongo tienes fotos, ¿cierto?”

-“Si, claro. En estos momentos te la estoy enviando. Harás lo mismo, ¿verdad?”

-“Por supuesto”

-“Muy bien. Marcos, ¿eres de la Capital?”

-“No, soy de La Romana, ciudad ubicada al Este del país. Por qué?. ¿Algún prejuicio?”

-“¡No, para nada!. Es que como te dije, conozco muchos compatriotas tuyos por aquí y la gran mayoría me dice que es de la Capital”

-“Me imagino ¿Y qué te gusta de mi país aparte de lo que hasta ahora has conocido?”

-“Bueno, gracias a Dios que eres Comunicador porque creo me vas a ayudar a descifrar una serie de frases que me tienen súper confundida. ¿Te animas?”

-“A ver…”

-“OK. Cada vez que termino una conversación, la imprimo para investigar los términos nuevos que cada contacto trae consigo en cada plática. No sé si tengas tiempo, es un listado un poquito denso”

-“No soy experto en sociología, pero te puedo ayudar en algo. Al parecer tienes un listado de dialectos, ¿no?”

-“¡Así es! ¡Comencemos!: ¿qué significa la palabra tíguere?”

-“Jejeje ya me imagino con quien has estado hablando. Bueno, en mi cultura identificamos coloquialmente las cualidades de las personas con nombres de animales. Un tíguere es alguien bien despierto, inteligente”

-“Mira que interesante ji,ji,ji. ¿Y qué es estar chivo?”

-“Ja,ja,ja,ja creo que esta conversación será bien dinámica. Estar chivo es estar dudoso sobre algo o alguien”

-“OK. Hay más. ¿Seguro que deseas que continuemos, Marcos?”

-“No hay problema”

-“Bien. Cuando dicen estrellarse y quemar, no logro relacionar esos términos…”

-“Uno se estrella cuando le declara su amor a una fémina y quemar tiene varias vertientes: en el colegio es reprobar, en otras circunstancias es besar a una chica y también se usa cuando alguien se ha expuesto demasiado públicamente”

-“¡Gracias! Ahora le encuentro sentido a muchas cosas. ¿Me puedes diferenciar entre un león, un caballo, un verdugo y un matatán?”

-“Ofrézcome jajaja pero ¿y con quién es que has estado chateando jajaja?. Todas hacen referencia a una persona experta o diestra en algo”

-“Muy bien. ¿Me puedes sugerir algunas que consideres?”

-“Mmmm, te diré las que me lleguen a la cabeza porque como sabrás, no ensayamos esto. El dominicano cuando duerme después de almorzar no toma una siesta, sino una pavita; Si no es diestro en asuntos de cortejos le llamamos lento, pariguayo o palomo; Si vas a besar a una muchacha es chuleo; jajaja si vas muy rápido vas como un chele o como la jonda del diablo son muchas!”

-“Bueno por lo menos tomaré notas de estas que no las conocía. Pienso ir a tu país pronto”

-“Ojalá podamos vernos cuando sea así. Andrea si me disculpas, tengo que retirarme. Se me acabó el tiempo aquí en el ciber”

-“¡Bueno! ¡Un placer de verdad, Marcos!”

-“Te cuidas mucho ¡Bye!”

-“¡Espera! ¡Una última pregunta!”

-“¿Si?”

-“¿Qué es guindar los tenis?”

-“Jajaja es la lúgubre frase que se usa cuando alguien muere”

-“OK, ¿y una frase como ahora al despedirse?”

-“¿Pero en lenguaje urbano?”

-“Si”

-“Jejeje no la usaría con una dama como tú, pero cuando uno se va de un sitio decimos desgaritarse, largarnos o hacer zapatos”

Andrea, junto a otras dos chicas, son aún de mis contactos originales producto de ese anuncio.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Choque Cultural". © 2010-2011-2014 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.

viernes, 14 de marzo de 2014

"Lección de Vida"

En 1991, terminé mis estudios de Inglés en el desaparecido "Centro de Inglés La Nueva Era". Tenía 20 años.

Mi padre se percató de que tenía una fascinación con la lengua de Shakespeare y vía una tía, me hacen diligencias para ir a seguir estudiando el idioma en Santo Domingo los Sábados.

Mi tía me hizo gestiones en el Dominico-Americano, pero no quedé conforme ya que no me ofrecían oportunidad para una beca. Me llevó entonces al ahora desaparecido Boston Institute en la JFK con Siervas de María.

Allí, tomo mi examen de nivel con un interesante método llamado 'Streamline'. Ultra animado hago inmediatamente las gestiones con el director respecto a qué debo hacer para aspirar a una beca y me comunica que sólo necesitaba cinco notas consecutivas por encima de 90. Acepté el reto. Salimos y entonces nos paramos en la JFK a esperar una guagua pública:

-"Mire sobrino, quiero que preste atención: Desde aquí usted lo único que tendrá que hacer es tomar la guagua y se va directo hasta la Duarte con París".

-"OK, tía. No hay problemas", le digo.

Al llegar a la Duarte con París me dice que tenía dos opciones: o caminaba toda la calle hacia abajo o tomaba un carrito hasta el Parque Enriquillo. Tomamos un carrito y al llegar al parque, nos dirigimos a la parada de La Romana y antes de subirme en el expreso me dice:

-"Sobrino ya usted vio cómo de fácil es el asunto de allá para acá".

-"Sí, tía. Es sumamente fácil", le digo.

-"Bueno, ahora le voy a explicar cómo llegar allá una vez usted entre a la Capital. No se preocupe que es más fácil aún", detalla en tono conciliador y continua:

-"Cuando usted entre a la Capital, la guagua tomará la 27 de Febrero y cuando ésta se una con la Duarte, usted se queda ahí y pide un carrito u otra guagua 27 derecho con San Martín. ¿Está bien?. Si quiere se lo copio".

-"No, no tía. No se preocupe. ¿Qué tengo que hacer una vez esté en la San Martín?", le pregunto.

-"Seguirás todo el tiempo derecho y le pedirás al cobrador que te deje en la bomba que está en la Lope de Vega. Te apeas ahí y si miras a tu izquierda verás el instituto".

-"¡Perfecto!. ¡Gracias tía!. ¡La bendición!", le digo.

-"Dios te bendiga hijo mío y me saludas a tu papá y tu mamá!”.

-"OK. ¡Bye tía!"

-"¡Ah! ¡Marcos, espera!”, me dice.

Me da el teléfono de su casa por si acontece algo y vuelve a darme la bendición. Me despido con un fuerte abrazo, me subo en mi expreso y llego a mi casa sin dificultad gracias a Dios.

El siguiente sábado, me levanto temprano ya que era el primer día de clases y éstas iniciaban a las 9:00 AM. Tomo mi expreso rumbo a mi instituto. La gente dialoga, algunos escuchaban música, otros leían y de un momento a otro, me duermo.

Con el bullicio capitalino, me despierto y me doy cuenta de que llegué al Distrito (¡todavía con un sueño de todo el size!). Una vez en la 27 con Duarte, cojo una guagüita al indicarme que van por la San Martín, pago y entre cabeceo y cabeceo, ¡me duermo nueva vez!.

Pasamos como 5 estaciones de gasolina y yo durmiendo hasta que el cobrador me dice:

-"¡Amiguito! ¡Depiéltese! ¡¿Pa’dónde e’que uté va?!".

-"Discúlpeme. Yo voy para el Boston Institute ahí en la JFK".

El cobrador mira al chofer, se ríe y me dice:

-"Bueno amiguito, uté ‘tá bien lejo de ahí. Eto por aquí se llama Pintura!".

-"¡Qué vamos a hacer!, déjeme por aquí y dígame por favor cómo llego".

-"Coge un carrito de aquel lao de la calle y dile derecho. Tiene que ‘tá pendiente a tu derecha to’el tiempo".

Tomo mi carrito hasta que por fin veo a Dios al divisar al buen rato, ese gratificante y enorme letrero que rezaba 'The Boston Institute'. Pago mi carrito y como flash subo las escaleras hasta el tercer piso. Al llegar noto un lúgubre pasillo que contrastaba irónicamente con un impecable aspecto. ¡Eran las 9:15 AM!

Toco tímidamente la puerta en el aula que me correspondía:

-"Are you from this class?", pregunta mi profesor.

-"Yes, I am", le digo más asustado que un ladrón atrapado a quema ropa.

-"OK. Come on in", me dice.

Abrazándome camina hacia al centro del aula y se dirige al pleno diciendo:

-"OK guys! As I was telling you before Mr..." se vira y me pregunta: "What you said your name was?".

-"Marcos, teacher. Marcos Sánchez from La Romana".

-"OK Marcos Sánchez from La Romana. (se ríen todos) Since you came 15 minutes late, you’ll have to pay a fine of 15 pesos for each minute. Otherwise, I’ll send you to the Principal’s office".

Evidentemente pagué los benditos 15 pesos por cada minuto tarde y así evitar ir a la oficina del director y con eso, frustrar mis aspiraciones de una beca. En el recreo, el profesor me explicó por qué había puesto conmigo el ejemplo y le dije que en realidad necesitaba el dinero porque había gastado demás por haberme perdido.

Me dijo que no podía hacer eso porque con ello aprendería a ser más responsable con el tiempo y a estar pendiente de las cosas. Al rato veo que pagó un café y unas galletitas...¡con mis 15 pesos!.

En ese momento me sentí bastante mal, pero nunca he desafiado la lógica y accedí a aprender mi lección. Antes de terminar el recreo se me acercó una compañera y me comentó que eso le pasaba a todo aquel que llegara tarde que no lo tomara personal.

Llamé a mi tía. Le expliqué lo sucedido y me repuso lo que había gastado demás.

Al siguiente sábado, llegué una hora antes de abrir el instituto. Ví llegar desde el seguridad de relevo hasta el personal de la cafetería, pasando por administración (director incluído) y mis compañeros. Por fin dan las 9:00 AM y entramos.

El Profesor llegó sin excusa a las 9:30 AM y de una vez me levanté y le dije:

-"Teacher! I really need to tell you something very important!".

Salimos al pasillo y le dije mirándolo fijamente a los ojos en Español:

-"Devuélvame mis 15 pesos por llegar tarde y págueme otros 15 por ser la 9:30 AM si no quiere que enfrente de todos le diga cómo se siente aprender a ser más responsable con el tiempo y estar pendiente de las cosas".

Me dieron mi beca y pasé todos los cursos sobre 95. Aún conservo esos 30 pesos. El Boston Institute desapareció hace ya varios años.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Lección de Vida". © 2009-2011-2014 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.

viernes, 7 de marzo de 2014

"Decepción Nipona"

En 2010 acompañé a un homólogo Comunicador en la singular tarea de detectar qué tipo de música y preferencia radial optan los conductores del transporte público en el lapso 6:00 AM – 10:00 PM.

El día anterior, me llama para coordinar horario y mi obvia no participación en la primera etapa, había puesto de manifiesto la tan olvidada última vez que mi colega utilizó el popularmente llamado ‘carrito de concho’:

-“¿Pero venga acá Sánchez y usted tiene miedo?”

-“No sé por qué tanta gente confunde el miedo con la prevención. Si montarnos en un vehículo de estos a tempranas horas matutinas sin protección es un problema, entonces ciertamente debemos tener mucho miedo”

-“Anjá, ¿y qué ha pasado con tanta gente que se monta en su carrito bien temprano para ir a trabajar?”

-“Lo hacen porque no tienen otra alternativa. Analiza bien que quien es responsable y por circunstancia vive lejos, sale temprano para llegar a tiempo. Si pudiera, lo hiciera de otro modo”

-“Es razonable lo que usted dice colega, pero no se preocupe. Lo haremos ya entrada la mañana y que el movimiento vehícular sea más amplio. Además, acuérdese que esta ‘vueltica’ no es gratis, yo le dije a usted que se le pagaría”

-“Si habría que aplicarle una reducción a la cantidad acordada basada en el hecho de mi participación a las seis de la mañana, aceptaría sin problemas”

Acordamos iniciar el escueto estudio un par de horas después de las seis de la mañana y por supuesto, en un lugar sumamente concurrido:

-“Bueno ya estamos aquí. Pensándolo bien, a las 6:00 AM no hay un alma en la zona donde resido y eso de montarse sin ver de quien se trata como que no ‘tá”

-“Que bien que su discurso haya variado admirado colega. ¿Dónde comenzaremos?”

-“En el parque central”

Nos dirigimos al parque y allí fuimos instantáneamente testigos del orquestado desorden de pasajeros desafiándose entre sí por un lugar ‘preferencial’ dentro del famoso carrito de concho.

Como la idea en parte era captar en esencia, la elección del conductor, no gozábamos de ningún privilegio en comparación con los ávidos pasajeros y forzosamente, nos hicimos partícipes del acto:

-“Venga colega que eta vaina e’así!”

-“Ya puedo ver”

-“¿Y qué le pasaba amigo? ¿Uté creía que parao’ ahí iba a conseguí carrito a eta hora?”, se introdujo el chófer en el diálogo.

-“No, no para nada chófer. Lo que pasaba era que mi colega no conocía bien la mecánica”, sale en mi defensa homólogo Locutor.

-“Ah buueno. Pero mirándolo bien: utede do' no son presentadore'?”

-“Yo soy Locutor radial y mi amigo aquí trabaja en TV”

-“Esa mima vaina jajaja pa’mí to’ son iguale jajajaja”

Nos miramos con clara intención de seguirle la corriente. En lo que la gente se montaba y desmontaba, habíamos ya recorrido un buen trayecto de la ruta y procedimos a encuestar al chófer y tomar nuestros primeros datos de la mañana.

La rutina se apoderó brevemente de nuestra labor y en un abrir y cerrar de ojos, se había ido la parte diurna del día. Acordamos seguir en la tarde, pero en otra ruta, separados y así obtener otra percepción con distintos chóferes.

Con un sol que quemaba más que pizza en horno, me monté en la famosa ‘ruta B’ y como es común, el carrito que me tocó era de esos Toyota que abundan tanto en el transporte como en manos privadas:

-“Ofrézcome chófer qué calor, ¿eh?”, inicio la conversación

-“Y uté no sabe na’ miíjo. A eta hora ete sol pica ma’que moquito embullao’ ”

Como eran las 2 de la tarde y algo, el flujo mixto de empleados privados, públicos y estudiantes, era sorprendente. Entre los que se subían y bajaban, nos toca una elegante joven en sus veinte avanzados y con ‘cara de pocos amigos’, decide ir en la parte trasera:

-“Ay chófer eto’ muchachito uté debería dejá que se fueran en guagua. Eto jodío carajito le ensucian a una to' el unifolme!”

-“Bueno mija, imagínese uté: ete carro lo toy pagando a puro efuelzo y con pasajero e’ que se paga el vehículo”

-“¡Ay Dio mío! ¡Y encima de todo e’ un Toyota!”

-“¿Y qué tiene de raro la malca señorita y ecúseme?”, pregunta el chófer.

-“¿Cómo que qué? ¿Y uté no lee la noticia? ¡Lo' carro' Toyota tienen problema' y lo van a sacá a to' del melcado!”

-“Hata donde yo sepa, ese problema e’ con carro en etadosunido”

-“¡Entérese mejol polque a mí me dijeron que e’con to’ lo Toyota!”

En eso el chófer mi mira y me dice: 


-“¡Bueno amigo no’ salvamo tó!”

-“Déjeme por aquí pol favol. Tenga!” (expresa la joven al momento de pagar, desmontarse, cerrar dar las gracias.)

-“¿Que diferente e’ la juventú e’ amiguito, e’? ¿Pol qué esa muchacha se epresa así?”

-“Quizás el calor la tenía así”

-“¿Calol? ¡Yo sí sé qué tipo de calol!”

En 2010 el fabricante japonés Toyota retiraba más de 8 millones de vehículos por todo EE.UU. debido a desperfectos presentados en el acelerador.

La medida abarcó marcas específicas obtenidas en EE.UU. y modelos entre 2004 y 2010 y por razones de comercio vehícular, unidades de ese tipo que estén en otros países.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Decepción Nipona”. © 2010-2014 Marcos Sánchez. Derechos reservados.