viernes, 27 de diciembre de 2013

"Estadística de Fin de Año"

El 30 de Diciembre de 1995 fui invitado a la tradicional fiesta de fin de año del CODIA filial El Seibo.

Cayó Sábado y habían elegido ese día debido a que la gran mayoría no garantizaba poder hacerlo el mismo 31 ya que tenían diversos compromisos familiares, incluidas las tradicionales visitas de amistades venidas del extranjero, entre otras cosas.

Los miembros del CODIA en el Seibo eran mis estudiantes de Inglés gracias a las diligencias hechas por mi gran amigo Florentino Durán, quien era miembro del gremio. Viajaba todos los Sábados a impartirles clases y se aprovechó la coincidencia para tomar ese día, en vez de impartir clases, compartir sanamente.

La gente del Seibo es extremadamente hospitalaria y conversadora. Como soy una persona gregaria, no me resultó difícil la interacción con todo el mundo. Para variar la atmósfera, todos se pusieron de acuerdo en ir a la casa de uno de los ingenieros y así tornar el encuentro más íntimo.

Florentino me pidió que me quedara en su casa, pero opté por alojarme en el Hotel Santa Cruz que estaba perfectamente ubicado en la Avenida Manuel Diez Jimenez, principal de la antiquísima ciudad. Anexo a ese hecho, en ese mismo trayecto estaba la parada hacia La Romana.

Llegué al Seibo cerca de las 9:30 de la mañana y para dar tiempo a que se organizara el asunto, me dieron un tour por lugares y zonas que no conocía en el área. El color verde era constante por donde quiera que mirara matizando el frescor que emanaba el simple hecho de ver las montañas.

Por fin cerca de las 1:00 de la tarde llegamos a la casa elegida y allí compartimos toda la tarde entre narrativas históricas, jugadas de dominó, intercambio de impresiones, toma de fotos y obviamente, comida y bebida.

Ya caída la tarde cediéndole el paso a la prima noche, estaba exhausto y pedí que me llevaran al hotel. Pude en realidad haberme ido para La Romana, pero no tenía prisa y además hubiese sido una astronómica descortesía desde el punto de vista de mi doble condición de Profesor e invitado.

Al día siguiente, desperté temprano y aunque la parada de guaguas estaba sumamente cerca, Florentino insistió en llevarme. Nos despedimos con un caluroso abrazo y entré en mi bus. Por fortuna encontré un asiento del lado contrario al reflejo del Sol aparte de que el transporte, estaba casi lleno.

Breves minutos antes de partir, entra una elegante dama ataviada con una delicadísima camisa blanca de mangas largas y pantalones de vestir color negro.

El aspecto aparentaba una mujer en sus treinta avanzados, pero probablemente su estilo de vida impedía algún desgaste visible aun cuando llevaba sendas gafas oscuras. Con una miraba bien rápida, se dio cuenta que habían nada más asientos en la parte de atrás y un espacio a mi lado. Se acerca y pregunta:

-“Discúlpeme joven 
¿Está este asiento ocupado?”

-“No, no para nada”, le respondo.

Estaba claro que su presencia había impregnado un aroma ultra agradable en toda la guagua, mas al sentarse a mi lado, ese olor era penetrante y gracias a Dios, tenue.

Dominicano al fin, dado que el porcentaje de no iniciar un diálogo en un autobús de una ciudad a otra, es casi nulo, rompo el hielo:

-“Perdone la imprudencia señora
¿Usted no es del Seibo, cierto?”

-“
¿Qué le hace pensar que no lo soy?”

-“Su color de piel no es de esta área”

-“Muy bien. No soy seibana. Soy de Higüey. Estaba aquí entregando unos regalos a mi suegra”

-“Comprendo”

-“
¿Y usted? ¿Es de El Seibo?”

-“No. Soy de La Romana. Estaba aquí compartiendo con unas amistades. Más bien, mis alumnos. Soy Profesor de Inglés”

-“Interesante. El Inglés y yo hemos librado innumerables batallas, pero no he podido dominarlo”

-“Todo es cuestión de enfoque. Si se toma individual es distinto a un grupo. Por razones de logística, muchos institutos mezclan adultos con adolescentes y el resultado es un desastre. De ahí quizás su negativa”

-“Tienes toda la razón. Se nota que vives lo que haces. Poca gente trabaja en lo que le gusta. Tienes buena dicción”

-“Gracias. Recién me inicié como Locutor”

-“Bonita elección. El Comunicador tiene en sus manos una herramienta poderosa: su micrófono le permite entrar donde sea con su mensaje”

-“Si, aunque muchas veces sin permiso”

-“Es cierto, pero el que sabe manejarse siempre da las gracias por que se le permita entrar a nuestras casas, oficinas o en nuestros vehículos sin ese permiso como dices”

-“Así es
¿Y usted? ¿A qué se dedica?”

-“Soy médico. Estoy ahora realizando una especialidad”

-“
¡Que bien! ¿Tiene familia en La Romana?”

-“Una cuñada, pero no es de La Romana. Coincidiremos allá para luego ir a Santo Domingo”

-“
¿Y su esposo es de La Romana? A lo mejor le conozca”

-“No lo creo...”

En eso hubo un diminuto silencio y se cortó la conversación. La señora se disculpó decentemente y no volvimos a cruzar palabras hasta que llegamos a La Romana:

-“
¿Su cuñada la recogerá en algún lugar en específico?”

-“Me pidió que la esperara en La Rotonda. Supongo que esta guagua pasa por ahí en su ruta hacia la última parada en el mercado municipal”

-“Bueno voy al canal donde laboro y si no le importa, podría bajarme con usted”

-“Muy amable”

Al llegar a La Rotonda, me desmonté con ella con la intención de llegar a Costa Visión, el canal donde trabajaba que estaba ubicado bien cerca. Procedo a despedirme una vez noto a otra fémina que le hace señas desde el interior de un carro:

-“Bueno, espero que vayan bien. Su esposo debe estar desesperado esperándola en Santo Domingo”

-“Ojala fuera así. Mi esposo se convirtió en una estadística de fin de año. Murió víctima de una imprudencia automovilística un 31 de Diciembre. A donde vamos es al cementerio a rendirle respetos a su memoria. Cuídate. Bye...”

Hoy es 31 de Diciembre. Termina un año e inicia otro. La gente después del famoso cañonazo sale como loca a las calles a celebrar. No veo nada malo en eso, simplemente que la gran mayoría lo hace bajo el efecto del alcohol muchas veces manejando ya sea en motocicletas o carros y sumado a eso, armados con pistolas.

Esa tripleta es peligrosa: alcohol + al volante + arma de fuego. Trate de ser prudente y responsable. Recuerde que no se trata del fin del mundo. Es sólo un cambio de fecha.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Estadística de Fin de Año". © 2009-2012-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

viernes, 20 de diciembre de 2013

"Las Maquinitas"

En 1983 nuestro país gozó en ciertos lugares de ser uno de los pocos en estar a la par con EE.UU. justo en el momento de iniciarse lo que eventualmente se bautizó como la debacle de Atari o en términos más llanos, la fiebre de los juegos de vídeo.

El hecho de haber sido parte de esa vivencia jamás hubiese sido posible sin la intervención de "Los Michelin": José, Chichí, Jorge y Vladimir (Pili aún no nacía). Ellos fueron los primeros privilegiados en obtener una consola Atari 2600 en La Romana y con la obtención de la misma, una nueva era en materia de juego había iniciado para mí.

Viéndolo desde ese entonces, entiendo perfectamente por qué hay una auténtica adicción entre adolescentes y niños conectados a sus consolas prácticamente un día completo. Es envolvente, adictivo y hasta esclavizante. No puedo hablar de Atari sin obviar al personaje más popular, no solo de esa compañia, sino de toda la historia de los juegos de vídeo tanto de consolas como de las popularísimas Arcadas (llamadas aquí "Maquinitas"): Pac-Man.

No sé con exactitud cuántas veces jugué Pac-Man haciéndole largos turnos a Chichí, Vladi o Jorge, lo que sí sé, es que perdí la noción del tiempo embriagado frente a esa consola y fascinado por ese juego. Menor suerte, aunque con la misma importancia, corrieron los juegos "Space Invaders" (original de 1978, lanzado por el frabricante norteamericano Midway) y "Donkey Kong", que se convirtió en el estandarte de la compañia Nintendo junto al popular "Mario Bros.".

Imperativo mencionar a SEGA (autores del galáctico "Zaxxon" y del motorizado "Hang-On"). SEGA, era parte de la Gulf+Western y ésta última poseedora, del Central Romana y accionista mayoritaria de la Paramount Pictures y de ahí, que llegaran a La Romana importantes títulos cinematográficos como "El Padrino II", "Chinatown", "Apocalyspse Now" o "The Sorcerer" al cine del Club de La Costa. Todo esto gracias a los esfuerzos del desaparecido brillante industrial de origen austríaco, Charles Blüdhorn.

Otra de las compañias que jugaron un rol protagónico en esta industria fue Namco (padre original del Pac-Man) creadora de los nostálgicos "Galaxian" y su secuela "Galaga", que eran una especie modificada de "Space Invaders" a todo color y con elementos dramáticos agregados al juego. Namco fue también el creador de "Dig Dug", "Xevious" y "Pole Position". Merecidas menciones para Capcom (responsables de introducir "Streetfighter"; Cinematronics; Konami (la gente de "Contra") y Taito, entre otras.

Para cuando llegaron las Arcadas, que rápidamente se les reabutizó como "Maquinitas", habían adolescentes que por no tener acceso a la compra de una consola, optaban por pagar múltiples cantidades de monedas y así permanecer conectados a una 'maquinita'.

A alguien se le había ocurrido la brillante idea de crear un orificio a la moneda y sujertarla con un hilo de nailon una vez fuese introducida y ésta al hacer contacto con un alambre eléctrico, le indicaba al sistema que se había generado un crédito.

Mientras más veces tocara la moneda el alambre, más créditos se acumularían y ya usted se puede imaginar!!.

Justo al lado del ahora desaparecido Cine Colón, frente al Parque Juan Pablo Duarte, está una legendaria entidad bancaria y allí existía un centro lleno de esas arcadas. Los dos juegos más populares eran "Defender" y "Asteroids", ambos caracterizados por su nitidez y trama principal: una batalla intergaláctica.

Decido ir a 'las maquinitas' para ganar tiempo antes de ir a ver una película. Al llegar al frente del cine, había una interminable hilera de motores por lo que me ví obligado a parquear la Flush frente al centro de las arcadas:

-"Cámbieme por favor esos 10 pesos", le digo al dependiente.

Ese cambio equivalía a varias jugadas, pero tenía 'la moneda mágica' en uno de mis bolsillos, lista para usar una vez el dependiente se descuidara. El bullicio colectivo de las diferentes arcadas más el murmullo de los jóvenes allí congregados, eran un perfecto sinónimo de gallinero humano.

Pierdo par de jugadas y en una, introduzco la moneda en repetidas ocasiones para acumular créditos. Miro el reloj y aún había tiempo para seguir esclavizado por el fascinante juego y en un momento determinado se ha armado un juidero ya que el dependiente había atrapado a un jugador con el sistema de la moneda y entre 'el corre-corre', siento que no puedo salir del sitio y se trataba de que la moneda se había quedado atascada a mi maquinita...

Como el nailon tenía que estar sujeto a la costura del pantalón, hice un esfuerzo extra y el jalón me rompió el bolsillo provocando que se cayeran las monedas originales cambiadas de los 10 pesos. Fui testigo de ver perfectamente cómo los tres sistemas dinámicos de la Teoría del Caos, se materializaban en medio del corredero: almas corriendo a más no poder emulando estabilidad, inestabilidad y caos al momento de algunos, agacharse a recoger parte del menudo caído.

Miro fijamente a uno de los 'ganadores de la improvisada loteria' y le hago señas de que me devuelva mis monedas, pero fue inútil. Para cuando regresó el dependiente, había llegado la policía y cerraron el negocio para identificar a los infractores.

Como era fijo en el lugar, el dependiente me dejó ir sin mayor inconveniente, pero antes, me llevó al área de cobros y me dijo:

-"Mira hace mucho que veo que vienes a jugar. Soy un hombre muy viejo para dejarme relajar. No entiendo por qué tu afán de utilizar el truco de la moneda si traes dinero. Si quieres ser parte de esto, te aconsejo que lo dejes ahora que eres joven".

-"Discúlpeme de verdad. Usted tiene razón. Siempre traigo dinero, pero de alguna forma quería vivir esto", le digo cabizbajo.

-"Yo no conozco tu familia, pero se ve que eres un muchacho de buenas intenciones. Te voy a dejar ir, pero te voy a enseñar una lección hoy", me dice bien serio.

-"
¿Una lección dice usted?", le pregunto aun cabizbajo.

-"Si. Logré recoger parte de las monedas que se te cayeron. Si te pidiera algunas de ellas, 
¿me las darías?".

-"Supongo que si señor. Jugué varias veces con la moneda mágica".

-"Pues tomaré algunas 5 ó 6 de esas que recogí como muestra de que en realidad pertenecen al negocio. Y también tendrás que darme la moneda mágica".

Procedí a dárselas y obviamente no pude ir al cine ya que tuve que pagar para que la policía no se llevara la Flush parqueada el frente del negocio.

No volví a jugar maquinitas ni nada parecido sino hasta la llegada de la consola PlayStation de la Sony Computer Entertainment en Septiembre de 1995.


Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Las Maquinitas". © 2009-2010-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

viernes, 13 de diciembre de 2013

"Viernes 13"

En Junio de 1986 se dio el hecho de caer un famoso Viernes 13 y como todos ustedes sabrán, siempre se ha tomado esta fecha como un referente para asuntos negativos. 

En realidad la fecha conmemora la captura y eventual condena de los Caballeros Templarios por parte del Rey Felipe IV de Francia un Viernes 13 de Octubre de 1307.Las razones (religiosas o económicas) no están establecidas históricamente. 

En esa época era la etapa previa a la Flush y el auge de las motonetas en la ciudad. Alternando las salidas nocturnas en las llamadas passolas, salíamos a veces en vehículos de cuatro ruedas. Chichí, mi amigo de infancia se había pasado casi toda la semana intentando convencer a su papá que le prestara la camioneta de éste. 

Se trataba de una situación delicada ya que esa camioneta era medianamente utilizada para asuntos del negocio familiar consistente en ventas de neumáticos y además venía de una reciente reparación casi total incluyendo una nueva pintada del referido vehículo de motor. 

De alguna forma y tras varios intentos por fin Chichí consigue que le presten la camioneta. Se pone en contacto con algunos de nosotros para que diéramos una vuelta y hacer algo diferente esa noche. En el parque sentados, se encontraban Ameriquito y Henry comiendo "eggburgers".

Antes del encuentro Chichí presentó una pequeña dificultad al tener ya la camioneta: Vlamidir, uno de sus hermanos, se había enganchado en la “cama” de atrás y se resistía a desmontarse. En ese trajín le dieron casi cuatro vueltas al Mercado Municipal del centro entre Vladi apearse y montarse.
Se resuelve el asunto con Vladi y chichí y un servidor nos disponemos a dar una vuelta en la camioneta. Pasamos por el parque y al ver a Henry y Ameriquito nos detuvimos... 

-“¡Diablo loco! ¿¡Que Michelín te prestó esa camioneta!?”, dice Ameriquito 

-“Muchacho tú no sabes la lucha que cogí para convencer al viejo je,je,je” 

-“¿Pero y qué vamos a hacer?", pregunta Henry 

-“¿Marcos que tú opinas? ¿Nos vamos a dar una vuelta por ahí?”, me pregunta Chichí 

-“Bueno ya que Henry y yo andamos en passolas, nosotros le caemos atrás”, dice Ameriquito 

-“¡OK vámonos! ”, le vocifera Chichí acelerando a dos manos el vehículo 

Tras unas cuantas vueltas sin sentido (Ameriquito y Henry detrás de nosotros en la camioneta) me dice Chichí: 

-“¡Hey! ¿Utedes son arretao'?” 

-“¿Cómo así Chichí?”, pregunta Ameriquito 

-“¡Vamonos para La Luisa a llamá' al Diablo!” 

-“Ja,ja,ja pero este hombre será loco ja,ja,ja dime Marcos ¿Qué hacemos?” 

-“No relajen con esa vaina miren que hoy es Viernes 13”, digo medio indeciso 

-“¡Por eso mimito! ¡Vamos para allá y si ustedes son arretao, cáiganme atrás!”, responde Chichí en tono desafiante 

Ameriquito subió la passola en la cama trasera de la camioneta y yo opté por pasarme atrás para sostenerla sentado en uno de los bordes, mientras que Chichí, Henry y él continuaban al volante y pasajeros, respectivamente. 

Nos vamos para el paraje llamado “La Luisa” que quedaba a unos escasos metros de Buena Vista Norte y tenía la particularidad de otro acceso cerca de la parte alta del llamado Río Dulce. La idea era entrar por la parte baja de la ciudad y salir por la parte alta. 

Previamente en la tarde había caído una ligera llovizna y el tramo de carretera no estaba asfaltado por lo que había metros enlodados y otros secos. Manejando despacio llegamos a la intersección en donde se determinaba si continuar para Río Dulce o adentrarnos en sí para una larga carretera matizada a un extremo por un desmesurado cañaveral… 

-“¿Entonces seguimos hasta el final?”, me pregunta Chichí sacando la cabeza desde la puerta 

-“¡Espérate!”, vocifero y me le digo “Mejor bajemos la passola y que Ameriquito se vaya en ella y yo sigo aquí atrás” 

Hicimos lo propio y tras unos largos minutos, llegamos a un sitio donde ya no se podía seguir debido a que el camino estaba obstruido por unos abandonados tractores. Al lado de éstos estaban unas enormes estructuras metálicas parecidas a jaulas donde se depositaba la caña para transportarla. 

Con una luna ultra radiante, nos detuvimos y nos paramos todos frente al vehículo cuando de repente Chichí vocifera: -“¡Diablo si tú existes sal ahora!” 

Había un miedo colectivo y las miradas fijas a los ojos entre unos y otros eran una constante combinada con otras fijaciones visuales a los cañaverales y súbitos chequeos a nuestras espaldas. En un momento y tras varios llamados, Chichí hace un último esfuerzo a todo pulmón y quien responde es el lejano sonido de una vaca. 

-“Señores vámonos de aquí que yo creo que eso es un vacá”, dice Ameriquito 

Subimos nueva vez la passola a la cama de la camioneta y procedemos a retirarnos. Chichí venía un poco ligero y se le ocurrió hacer zig-zags en el camino de retorno. Tomando en cuenta los amplios deslices a ambos extremos, opté por bajar la passola e irme en ella. 

Una vez montado, continué bien de cerca intentado darle alcance a Chichí quien había incrementado sustancialmente la velocidad y continuaba con los zig-zags. ¡En un momento determinado, se abrió demasiado en uno de los deslices debido al lodoso terreno y el vehículo impactó a gran velocidad con un enorme árbol! 

De lejos vi el accidente y aceleré el paso. Al llegar vi a un asustado-dolorido Chichí levantándose el poloshirt para verse el pecho y en éste estaba tallada la forma curvilínea del timón, Henry se encontraba bastante aturdido y Ameriquito se había desmayado. 

Cuando se rescató la camioneta, la forma del frondoso y sólido árbol se había incrustado justo a la mitad del vehículo. Los padres de Chichí entendían que éste estaba mal debido al estado de la camioneta y estaban preocupados. Nosotros al llegar a la ciudad, nos dispersamos y cada quien se retiró bien asustados a sus casas. 

Chichí temeroso optó por quedarse en la mía y se “escondió” encima de uno de los baños para evitar ser encontrado. Me presento como emisario a su casa y me recibe su mamá quien al ver mi primer intento frustrado como actor dramático, preguntó capciosamente: 

-“¿Y la camioneta?” 

-“Doña Nidia...tuvimos un pequeño accidente, pero...¡Chichí está bien! al igual que la camioneta...” 

Una comisión mixta de vecinos se integró rápidamente para garantizar la entrega de Chichí y evitar que cayera sobre sí la ira de su padre. Jamás en la vida y por toda la etapa de nuestra adolescencia volvimos, a ejecutar semejante práctica aunque efectivamente, sí volvimos a La Luisa... 

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: “Viernes 13”. © 2010-2012-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

jueves, 12 de diciembre de 2013

"Dominican Smörgåsbord"

Aunque casi nadie lo admite, en las actividades sociales los invitados siempre preguntan qué hay de refrigerio y dependiendo del mismo, acceden o no a la invitación formulada.

En nuestro país es de rigor preparar "lo que sea" cuando se trata de una fiesta y máxime si ésta es improvisada.

Aprovechamos cualquier evento para crear una celebración en torno al mismo.

Es común que si alguien se va para Estados Unidos (llegará posiblemente en unos meses) hagamos una fiesta de despedida y cuando retorna la persona de visita, se realiza otra fiesta en su honor.

Si se compra un carro nuevo, la obtención de un trabajo, mudarse a vivir con su pareja, entre múltiples otras igual se lo gozan. Lo peculiar sobre las mismas es que si acontece al revés, ¡también hay fiesta!

Invitado por unos amigos cercanos, les acompañé a un encuentro con motivo de la adquisición de una casa por parte de uno de ellos.

El lugar estaba bien minado de personas así como una vasta decoración, un DJ amenizando con música actual y al fondo, el clásico "chef" contrastando con sus libras el verdadero aspecto físico que se debe tener al comer adecuadamente. Sentados en una mesa inicia el inexorable diálogo...

-"¡Oígame compadre pero usted botó la casa por la ventana!", dice uno de los invitados

-"Gracias compadre, gracias ¡Usted sabe que conseguí este ranchito con mucho sacrificio y había que hacer algo!"

-"¡Eso es así! ¡Usted y su mujer se fajaron para conseguir esta vaina!"

-"¡¿Cómo que el compadre y la mujer?!", intervengo en tono jocoso

-"Oh oh Marquitos ¿Y usted cree que el compadre se guamió todo estos blocks él solito?"

-"Jajaja compadre fuera de chercha y no se me ponga guapito, pero tenga cuidado si a última hora le tiene que dejarle el rancho a la doña jajaja", le digo al nuevo dueño

-"¡Cállese la boca compadre, compadre cállese!", responde en tono musical

-"¡Señores allí hay comida por un tubo así es que a comer!", dice el iniciador del diálogo

-"¡Vayan! ¡vayan! aquí hay comía para todos ustedes"

Entre cuentos de todos los colores, análisis de la política, comentarios deportivos y por supuesto, mujeres, transcurría el tiempo y poco a poco se hizo una enorme fila para ir al buffet. El anfitrión había estado observándome y notaba que sólo comía alimentos que estaban cubiertos de plástico...

-"Pero ven acá Marquitos ¿Y qué es lo que pasa que te veo comiendo cositas ahí?"

-"Jajaja no se preocupe compadre lo que pasa es que ya había comido algo antes de venir a la fiesta"

-"¿Seguro? ¡esta es su casa así es que pierda el miedo!"

En eso llega el animado invitado iniciador del previo diálogo:

-"¡Ofrézcome señores ni cuanta gente en ese bufé! ¡parecen como loco!"

-"Es que están practicando una versión dominicana del Smörgåsbord", le digo

-"¡¿Y qué diablos es esa vaina Marquitos jajaja?!"

-"Es un tipo de comida escandinava que se servía tipo buffet"

-"¿Entonces la tradición de comer en bufé viene de ahí?"

-"Elegir diferentes platos servidos en una mesa y repetir los mismos viene de esa tradición escandinava que se originó en Suecia"

-"Se ve que está bueno el diálogo. ¿Y cómo llega esa cultura a este país?", pregunta el anfitrión

-"Bueno el Smörgåsbord se hizo popular a nivel internacional cuando se realizó La Feria Mundial de 1939 en Nueva York y en un restaurante sueco se sirvió la comida en ese estilo"

-"¡Vaya usted a ver! hemos aprendido algo con usted hoy"

-"Gracias, pero me siento aún mejor con que ustedes me dan la oportunidad de compartir sin aburrirles", le respondo

-"¡Aburrío me voy a poner si no te veo comiendo!", sentencia el anfitrión

Llegadas altas horas de la madrugada, termina la fiesta y cada quien se retira felicitando al nuevo poseedor de hogar.

Al día siguiente me llama "el recién casado" alarmado:

-"¡Marquito y tú no sabe mi hermano que voy a demandar al jodío chef!"

-"¿Demandarlo? ¿Y cómo es eso?"

-"Oh ahora todo el que comió anoche está de carrerita para el baño y me están llamando para quejarse"

-"Bueno es un caso raro que todo el mundo esté así. ¿Tú también te sientes mal?"

-"¡Clarinete mi hermano! ¿Y usted está cogió también?"

-"¡Para nada! jajaja ¡mira! Olvídate de eso y coordinemos otra cosa para el fin de semana y te enfrías con tu gente"

El anfitrión nunca entendió por qué consumía siempre alimentos protegidos en plástico transparente y no los que estaban con papel de aluminio.

Dado el hecho de que había una permanente y sutil calefacción debajo, el calor hacia sudar el papel aluminio y éste expelía pequeñas partículas de metal que caían a los alimentos. Éso fue lo que provocó el malestar estomacal colectivo.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Dominican Smörgåsbord". © 2010-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

viernes, 6 de diciembre de 2013

"Prueba de Confianza"

Cuando tenía alrededor de 12 años recuerdo lúcidamente los matinée los domingos que eran como recibir regalos en tiempo de ‘Reyes’ ya que se disfrutaba a plenitud de la película infantil, pero sobre todo de esos hot dogs y refrescos rojos Country Club que vendían en el desaparecido cine colón en mi natal La Romana.

José María, un gran amigo, vecino, hermano y hasta guía, fue mi inspiración en tomarle amor al cine. Él, en su condición de adulto, se le depositaba la responsabilidad para llevarnos (
¡Junto a una tribu de muchachos!) al mencionado cine.

Ya con trece años le pido a mi mamá que convenza a mi padre de que me de permiso para ir solo al cine. Cuando se es menor no se entiende por qué hay tantas trabas para lo que uno piensa es un simple permiso. Mami, tras un asalto a mil caídas, convence a mi papá de que me deje ir y con voz recta y sin titubeos me dice:

-“
¿A qué hora es que inicia el cine y por qué ese afán de ir hoy jueves y no el próximo domingo?”

-“Hay dos tandas: una a las 5:30 PM y otra ala 7:30 PM. Papi lo que pasa es que los jueves son los estrenos y yo quiero ver la película el día que llega”.

-“Bueno. Le dije a tu mamá que era responsable, pero usted si va a ir es a las 5:30 
¡y tiene que estar aquí a más tardar a las 8 en punto!”, sentenció.

¡Me fui a bañar con una sonrisa de oreja a oreja mucho más amplia que un ganador de la Súper Lotto!. La cinta en cuestión era “Indiana Jones y el Templo Maldito” con Harrison Ford y como me fascinaba la aventura, la gozadera era por partida doble ya que era mi primera vez en el cine sin supervisión. El Colón quedaba bien cerca de mi casa y me fui caminando. Llegué, compré mi hot dog, refresco y snickers y me senté a ver mi película.

5:30PM: comienza una bendita hilera de mas de 9 tráilers y encima de eso, 
¡pasan par de anuncios de cigarrillos Montecarlo, aceite Crisol y hasta Malta Morena!. Por fin cerca de las 5:45 inicia la película. Me interno totalmente en mi mundo cinematográfico y en un abrir y cerrar de ojos veo ¡¡mi reloj ‘Orient’ marcando 10 minutos para las 8 de la noche!!!

¡Salgo cual si fuere tatarabuelo del mismo Flash!. Recuerdo ver el antiguo Mercado Municipal pasar por mi lado a mil por hora, cruzar la calle dispuesto a acortar distancia y cuando llego a la esquina de mi casa, doblo con una precisión que carro alguno de Fórmula 1 me ganaba. Al llegar, entro y mi papá estaba sentado en la galería leyendo un almanaque mundial y me dice asombrado:

-“
¿Pero ven acá muchacho y de dónde tu vienes todo sudado y corriendo como loco?”

Apenas con voz y hablando con mucho esfuerzo le respondo:

-“Usted (respiro hondo)…usted me dijo (otro respiro)…que tenía que estar aquí a las 8 en punto…”

-“Sí, pero no era para tanto. Yo ya sé que usted es un hombre responsable y además pasaste la prueba de confianza”, me dijo sumamente normal y siguió leyendo.

Al día siguiente no gasté el dinero de la merienda escolar con la intención de sanear mi frustración al no poder ver el final de mi película y solicitar el permiso nueva vez.

Hablo con mi papá y medio escéptico me preguntó que por qué tenía que volver al cine de nuevo. Le expliqué lo del día anterior y accedió a darme el permiso con la condición de llegar a las 8:30 p.m. a más tardar.

Llegué a tiempo para la tanda de las 5:30, pero estaba llena la sala y me dijeron que la estaban exhibiendo en el cine Papagayo. 
¡Eso significaba subir a pie cerca de 11 bloques!. Me lleno de valor y cuando llegué estaba comenzada, pero esa parte ya la había visto el día previo.

Como si fuera una experiencia tipo déja vú, veo mi reloj faltando 15 para las 8 de la noche y me recuesto tranquilo en mi butaca. Se termina la cinta a las 8:22. Salgo, y al pararme frente al cine me digo mentalmente -“P
ero ven acá es en el Papagayo que estoy!...”

Llegué a casa pasada las 8:30 PM . No volví al cine solo sino hasta los 17 años…

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Prueba de Confianza". © 2009-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.