viernes, 27 de diciembre de 2013

"Estadística de Fin de Año"

El 30 de Diciembre de 1995 fui invitado a la tradicional fiesta de fin de año del CODIA filial El Seibo.

Cayó Sábado y habían elegido ese día debido a que la gran mayoría no garantizaba poder hacerlo el mismo 31 ya que tenían diversos compromisos familiares, incluidas las tradicionales visitas de amistades venidas del extranjero, entre otras cosas.

Los miembros del CODIA en el Seibo eran mis estudiantes de Inglés gracias a las diligencias hechas por mi gran amigo Florentino Durán, quien era miembro del gremio. Viajaba todos los Sábados a impartirles clases y se aprovechó la coincidencia para tomar ese día, en vez de impartir clases, compartir sanamente.

La gente del Seibo es extremadamente hospitalaria y conversadora. Como soy una persona gregaria, no me resultó difícil la interacción con todo el mundo. Para variar la atmósfera, todos se pusieron de acuerdo en ir a la casa de uno de los ingenieros y así tornar el encuentro más íntimo.

Florentino me pidió que me quedara en su casa, pero opté por alojarme en el Hotel Santa Cruz que estaba perfectamente ubicado en la Avenida Manuel Diez Jimenez, principal de la antiquísima ciudad. Anexo a ese hecho, en ese mismo trayecto estaba la parada hacia La Romana.

Llegué al Seibo cerca de las 9:30 de la mañana y para dar tiempo a que se organizara el asunto, me dieron un tour por lugares y zonas que no conocía en el área. El color verde era constante por donde quiera que mirara matizando el frescor que emanaba el simple hecho de ver las montañas.

Por fin cerca de las 1:00 de la tarde llegamos a la casa elegida y allí compartimos toda la tarde entre narrativas históricas, jugadas de dominó, intercambio de impresiones, toma de fotos y obviamente, comida y bebida.

Ya caída la tarde cediéndole el paso a la prima noche, estaba exhausto y pedí que me llevaran al hotel. Pude en realidad haberme ido para La Romana, pero no tenía prisa y además hubiese sido una astronómica descortesía desde el punto de vista de mi doble condición de Profesor e invitado.

Al día siguiente, desperté temprano y aunque la parada de guaguas estaba sumamente cerca, Florentino insistió en llevarme. Nos despedimos con un caluroso abrazo y entré en mi bus. Por fortuna encontré un asiento del lado contrario al reflejo del Sol aparte de que el transporte, estaba casi lleno.

Breves minutos antes de partir, entra una elegante dama ataviada con una delicadísima camisa blanca de mangas largas y pantalones de vestir color negro.

El aspecto aparentaba una mujer en sus treinta avanzados, pero probablemente su estilo de vida impedía algún desgaste visible aun cuando llevaba sendas gafas oscuras. Con una miraba bien rápida, se dio cuenta que habían nada más asientos en la parte de atrás y un espacio a mi lado. Se acerca y pregunta:

-“Discúlpeme joven 
¿Está este asiento ocupado?”

-“No, no para nada”, le respondo.

Estaba claro que su presencia había impregnado un aroma ultra agradable en toda la guagua, mas al sentarse a mi lado, ese olor era penetrante y gracias a Dios, tenue.

Dominicano al fin, dado que el porcentaje de no iniciar un diálogo en un autobús de una ciudad a otra, es casi nulo, rompo el hielo:

-“Perdone la imprudencia señora
¿Usted no es del Seibo, cierto?”

-“
¿Qué le hace pensar que no lo soy?”

-“Su color de piel no es de esta área”

-“Muy bien. No soy seibana. Soy de Higüey. Estaba aquí entregando unos regalos a mi suegra”

-“Comprendo”

-“
¿Y usted? ¿Es de El Seibo?”

-“No. Soy de La Romana. Estaba aquí compartiendo con unas amistades. Más bien, mis alumnos. Soy Profesor de Inglés”

-“Interesante. El Inglés y yo hemos librado innumerables batallas, pero no he podido dominarlo”

-“Todo es cuestión de enfoque. Si se toma individual es distinto a un grupo. Por razones de logística, muchos institutos mezclan adultos con adolescentes y el resultado es un desastre. De ahí quizás su negativa”

-“Tienes toda la razón. Se nota que vives lo que haces. Poca gente trabaja en lo que le gusta. Tienes buena dicción”

-“Gracias. Recién me inicié como Locutor”

-“Bonita elección. El Comunicador tiene en sus manos una herramienta poderosa: su micrófono le permite entrar donde sea con su mensaje”

-“Si, aunque muchas veces sin permiso”

-“Es cierto, pero el que sabe manejarse siempre da las gracias por que se le permita entrar a nuestras casas, oficinas o en nuestros vehículos sin ese permiso como dices”

-“Así es
¿Y usted? ¿A qué se dedica?”

-“Soy médico. Estoy ahora realizando una especialidad”

-“
¡Que bien! ¿Tiene familia en La Romana?”

-“Una cuñada, pero no es de La Romana. Coincidiremos allá para luego ir a Santo Domingo”

-“
¿Y su esposo es de La Romana? A lo mejor le conozca”

-“No lo creo...”

En eso hubo un diminuto silencio y se cortó la conversación. La señora se disculpó decentemente y no volvimos a cruzar palabras hasta que llegamos a La Romana:

-“
¿Su cuñada la recogerá en algún lugar en específico?”

-“Me pidió que la esperara en La Rotonda. Supongo que esta guagua pasa por ahí en su ruta hacia la última parada en el mercado municipal”

-“Bueno voy al canal donde laboro y si no le importa, podría bajarme con usted”

-“Muy amable”

Al llegar a La Rotonda, me desmonté con ella con la intención de llegar a Costa Visión, el canal donde trabajaba que estaba ubicado bien cerca. Procedo a despedirme una vez noto a otra fémina que le hace señas desde el interior de un carro:

-“Bueno, espero que vayan bien. Su esposo debe estar desesperado esperándola en Santo Domingo”

-“Ojala fuera así. Mi esposo se convirtió en una estadística de fin de año. Murió víctima de una imprudencia automovilística un 31 de Diciembre. A donde vamos es al cementerio a rendirle respetos a su memoria. Cuídate. Bye...”

Hoy es 31 de Diciembre. Termina un año e inicia otro. La gente después del famoso cañonazo sale como loca a las calles a celebrar. No veo nada malo en eso, simplemente que la gran mayoría lo hace bajo el efecto del alcohol muchas veces manejando ya sea en motocicletas o carros y sumado a eso, armados con pistolas.

Esa tripleta es peligrosa: alcohol + al volante + arma de fuego. Trate de ser prudente y responsable. Recuerde que no se trata del fin del mundo. Es sólo un cambio de fecha.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Estadística de Fin de Año". © 2009-2012-2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

5 comentarios:

  1. En el clavo Marcos diste con que esta narrativa, siempre he dicho que la gente se vuelve loca y se olvida que el 31 es solo un dia mas

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  2. Tu mejor relato hasta el momento, en mi humilde opinion Marcos. Excelente!!

    Fernanado Silvestre

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  3. Me encanto realmente son pocos los que piensan as, ojala puedan muchos tener acceso a este tipo de blog y lean cosas como estas. Ademas de tomarlo en cuenta en sus vidas.

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  4. Interesante, y cierto... Lamentablemente en días como hoy muchos pierden la cordura, y en consecuencia otros salen perjudicados, olvidando que al día siguiente la vida sigue!

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  5. Pura realidad, pero mucho de esto se debe a la inmadurez juvenir y a la madurez no alcansada todavia de algunos adultos, y las autoridades que no quieren poner un stop , a los menores que no debieran de manejar ningun tipo de vehiculo de motor, no solo concentrarse en poner multas por casco, deberian especialmente a los menores que tienen esa bilirrubina alta incautarles el vehiculo y detenerlos hasta que lleguen los padres o tutores, y cuando lleguen a buscarlo ponerle la multa a ellos.

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