viernes, 12 de julio de 2013

"Sentencia Previa"

Desde niño nos enseñaron que nosotros como hijos somos el reflejo de nuestros padres. Al mirar ese decir sin mucho análisis, de forma inmediata, entendemos que es así. Otros más detallistas, pensarían distinto si ven que los resultados son totalmente divorciados o en su defecto, les hace quedar mal. 

Entre dicho o no, debemos ser sensatos y entender que si nuestra edificación en consistente, habrá poca probabilidad de márgenes de error. El problema radica si nos contaminamos de un agente externo. Aquí surgirá otra tergiversación por otra gran grupo de adversarios. 

Todo esto en el entendido de que 'nadie daña a nadie' cuando se tiene una sólida formación. No obstante, existen influencias que en algún momento, permean nuestras defensas e inconscientemente nos dejamos llevar. 

Si no contamos con un supervisor que nos haga los correctivos de lugar, la situación adoptará niveles insospechados de indelicadeza en el sentido esencial de su significado. A nadie le gusta que lo coaccionen o que le impongan criterios, máxime cuando nos casamos con ese no aconsejable exceso de confianza que nos hace creer superiores ante el resto. 

Dentro de una cultura que le cuesta mucho leer y nada seguir sus instintos, esta historia podría ser una en millones que se darían a diario en un entorno de esa naturaleza. Al igual que la educación recibida, cuando usted es parte directa o indirecta de una institución, inexorablemente hay que seguir directrices. 

Recientemente voy a una acostumbrada cita en calidad de tutor de inglés. Mi cliente pertenece a una empresa privada en donde se le exige identificación a todo el que vaya a acceder al área o en su defecto, la persona quien nos recibe, llama diciendo quién es, certifica a lo que vamos y caso resuelto. 

Más por convicción personal (a los fines de sentirse útil o terminar una tarea pendiente respecto a su intelecto) que profesional, mi alumno es del tipo de seres humanos que goza en invertir su tiempo en algo productivo. Debido a su nivel de preparación cognitiva, el proceso de aprendizaje es bien dinámico y bastante fluido. 

La necesidad de lo que faltaba en correcciones o ajustes gramaticales tomaría breve tiempo, pero optó por extenderlo más de lo estipulado. En ese orden, llevo ya casi un año yendo tres veces por semana al lugar seleccionado por nuestro discípulo para tomar sus clases. Verme pasar su convirtió en una cultura en ese horario hasta que hace unas semanas... 

-"Buenas tardes señor" me dice escuetamente el seguridad 

-"Buenas tardes" respondo (retirándome el casco protector que llevaba) 

-"Lo detuve porque con el casco puesto no podía reconocerle, pero ahora que le veo la cara, usted parece alguien serio" 

-"¿Pero, cómo sabe usted si lo soy o no simplemente por mirarme? Imagino que si hubiese venido en corbata no me hace señal de detención" 

-"¡¿Qué usted me está queriendo decir?!" 

-"Que voy tarde a una cita. Que paso por aquí todos los días hace casi un año a esta misma hora y que nunca me habían hecho parada y que no vi a los antes que yo ser detenidos. A eso me refiero" 

-"Bueno si usted quiere entrar tendrá que decirle a quien va a visitar que llame aquí para darle entrada" 

Miro mi reloj y me quedan 5 minutos para llegar a mi cita. Odio poner a esperar y por ende que me esperen. Crecí bajo un canon casi inmaculado respecto a las precisiones (llegadas exactas en este caso) y sabía que contaba con esos extenuantes 300 segundos. 

-"Muy bien. ¿Quién es el superior suyo?" 

-"¡Diríjase a aquella ventanilla y allí le ayudarán!", en tono desafiante expresó. 

Llegé como flash al sitio señalado. Me presento, digo para dónde y a quién voy a ver. El encargado de turno vacila un poco al escuchar el nombre de mi cliente y me pregunta el número de extensión donde se le puede conseguir. 

Reacciono asombrado y le hago saber que con el nombre era suficiente que ellos supieran de quien hablaba y dónde estaba su oficina y surge otra adversidad. 

-"Yo no estoy seguro de quien es ese señor, pero creo más o menos saber, pero si usted tiene casi un año visitando a ese señor, que raro que no tiene o no sabe su teléfono" 

-"Mire caballero, la comunicación con ese señor es a su móvil personal y resulta que no ando con mi celular encima. Se supone que hay un registro con un organigrama detallado de todo el personal que labora aquí" 

-"¡¿Usted me está diciendo cómo hacer mi trabajo?!" 

-"¡Estoy diciéndole exactamente lo que está supuesto a hacer y no estropear la inversión de mi tiempo en esto!"

En eso llega quien me detuvo y al preguntársele sobre lo acontecido respondió diciendo que yo mismo me había cerrado el acceso al cuestionar sobre quién entra y quién no. 

Se dice que la clase no se suicida y ahora eran dos de un mismo bando en mi contra. Estaba en defecto ya que los 5 minutos sumaban segundos de tardanza. La idea era buscar una persona que entendiera el procedimiento y decidí retirarme. 

En un abir y cerrar de ojos me dirijo a unas oficinas contiguas y otro seguridad me recibe, pero accede a buscar un listado donde apareció mi cliente. Llamamos al susodicho, éste hizo lo propio con el supervisor de seguridad previo y me dan el acceso. Me excusé por la tardanza e impartí mis clases sin mayores inconvenientes. 

Al día siguiente paso a la hora exacta por el lugar, pero esta vez sin el casco protector y con una corbata y no me detuvieron. Al término de las clases me dirigí a las oficinas de seguridad y estaba la misma persona del día anterior. 

Al verme, reacciona inmediatamente y saluda de forma solícita. Al percatarme que ignoraba quién era, le pedí llamar a su súbdito y al reunirnos los tres les dije: 

-"Soy la persona de ayer que andaba con el casco. Hoy no ando con él y entré y salí sin inconvenientes. Quería responderles la pregunta sobre si están o no haciendo su trabajo. ¡Buenas tardes!"

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: “Sentencia Previa”. ©2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

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