viernes, 20 de septiembre de 2013

"Juego Paranormal"

Una de las actividades más comunes cuando se es muchacho, es dejarse llevar por lo desconocido.

Obviamente ese interés en indagar viene vía un tercero, quien supuestamente ha sido tentado o ha experimentado de primer orden el hecho investigado.

Todos sabemos que es una farsa para llamar la atención y aprovechar la curiosidad del resto para unirse a la búsqueda de lo ignorado.

Tal y como he relatado en otras ocasiones, mi amigo de infancia Rafael María, mejor conocido como ‘Chichí’, era alguien sumamente curioso en varios órdenes.

Su actitud gallarda emulaba a un gladiador romano y en su afán de demostrar valentía, nos arrastraba a un grupo de amigos del barrio. La motivación en la mayoría de las veces no era del todo genuina sino forzada más bien.

Una noche cualquiera de 1987 Chichí convocó al tradicional grupo de amiguitos del barrio para retarlos a demostrar qué tan valiente éramos. Se pensaba de uno de esos clásicos desafíos en bicicleta o quizás carrera a pie.

En fin, cual fuera de esos esfuerzos físicos en donde usted tiene que dar el todo de sí para obtener la victoria. Para mi asombro no se trataba de ningún deporte…

-“Muchachos, tengo un plan en donde tendremos que demostrar qué tan guapos somos”, entona con rastros de misterio

-“Pero Chichí, ¿qué tú crees que nos hace falta ya hacer? Nosotros en este barrio hemos jugado todos los juegos inventados, nos hemos enfrentado a otros barrios y ganado y nos respetan ¿Qué vaina es esa de ser guapo?”, pregunta Larry.

-“Jejeje esto es totalmente diferente amigo mío”

-“¿Qué tanto misterio es? ¡Dinos que yo desde ahora estoy en el asunto!”, expresa Titi

-“Bueno ya que el ‘Señor Misterio’ nos tiene en suspenso, sugiero que hablemos con Marquitos”

-“No te preocupes por Marcos, Enrique. Ya hablé con él y me dijo que vendría en breve”

-“OK Chichí, dinos algo por adelantado o ¿hay que esperar que llegue Marquitos?”

-“Tranquilo, tranquilo Larry. Es importante que estemos todos aquí y así nadie se pierde del asunto”

-“¡Ahora e’ que se va a poné buena la cosa! ¡Ahí viene Marcos!”, dice Enrique al momento que todos al unísono miraron

-“Hey, ¿cómo está ‘Rocky Rocklong’ jejeje? ¡Dime Larry!, Enrique: ¡chóquela ahí!”

-“¿Rocky Rocklong? ¿Por qué llamas así a Chichí, Marcos?”, pregunta Larry

-“Jejeje es un apodo que le puse. ¡Chichí le ha dado con practicar el saxofón y una noche al llegar a su casa lo encontré con una corbata sin camisa debajo y un saco encima! Jajajaja”

-“Jajaja diablos Chichí y esa vaina jajaja”

-“Dejen que Marcos termine el cuento jejeje”

-“Bueno, lo que pasó en realidad fue que al llegar a la sala de la casa Chichí me respondió desde la terraza. Como ustedes saben, para llegar allí hay una puerta doble de madera y estaba cerrada”

-“Y yo estaba del otro lado de la puerta con mi caché jejeje”

-“¡Exacto!, entonces me pide que me siente en uno de los sillones y en unos segundos imita una voz de fanfarria y sale con el saxo, saco con corbata, pero sin camisa
jajaja”

-Se ríen todos-

-“Entonces no podía contener mi risa y expresé: ¡He aquí a la gran estrella de la música, Rocky Rocklong! jajaja”

-“¿Y de dónde te salió ese nombre, Marcos jejeje?”, pregunta Larry

-“Lo que pasa es que le apodaba ‘Rocky’ desde sus días en el gimnasio y lo de ‘Rocklong’ era una variación de ‘Rolón’ que era otro de sus apodos jejeje”

Nueva vez risa colectiva, pero es interrumpida abruptamente por el anfitrión:

-“Bueno, ya han gozado bastante a costillas mías. Ahora a lo que vinimos”

Todos extremadamente atentos clavamos nuestra mirada en una caja de cartón que sostenía Chichí.

La misma se destacaba por letras medievales más dibujos fantasmales y junto a éstos un set de letras con un sol y una luna en ambos extremos. Se trataba de una ‘Ouija’.

Como nunca habíamos visto semejante ‘juego’ el silencio se apoderó de todos y la expectación creció desmesuradamente con grados incalculables de ansiedad colectiva. De repente, se rompe el silencio, pero de forma muy solemne…

-“¿Y qué es esta vaina Chichí…?”, pregunta Larry

-“Jejeje esta vaina como le llamas, responde al nombre de Ouija”

-“¿Oui, qué?”, pregunta Enrique

-“¡Ouija señores!”, respondo ganándome la atención de todos

-“A ver querido profesor jejeje explíqueles a sus alumnos en qué consiste el juego”, dice Chichí

Para no alargar las cosas hago un resumen bien rápido de lo que había captado la noche anterior en casa de Chichí respecto a la Ouija.

Instrucciones básicas, pero precisas: El tablero impreso con letras viene combinado con números distribuidos de forma circular sobre el cual los jugadores hacen deslizar un objeto marcador.

Se hace una pregunta a los 'espíritus presentes' y los involucrados apoyan un dedo para indicar sobre el marcador.

Se usaba en ese entonces un vaso de cristal para que la "fuerza psíquica" de los actuantes moviera al marcador (entre las letras) y así se van "revelando" las respuestas y mensajes "del otro mundo".

-“¿Y bien? ¿Se animan?”

-“Bueno y tiene que ser tal y como dice ahí”, pregunta Titi quien había estado con una tranquilidad de ultratumba

-“Si no es en un lugar apartado, nunca sabremos si esto de verdad funciona ¡Por eso los reté a ver quiénes se animan a demostrar si son guapos o no!”

-“Bueno Chichí, yo voy”, dice Larry con pecho erguido

-“Larry, ¡si tú vas yo voy también!”, expresa Titi

-“Bueeenooo jejeje si Titi va señores, ¡tiene que í’ to’ el mundaso compadre!”, dice Enrique mirando a Chichí y un servidor.

-“¡Que no se hable más! ¡Todos iremos y punto!”, sentencio.

Se acordó ir inmediatamente a los alrededores de la ahora privada área de la playa Caletón.

Había dos formas para llegar allí: Entrando por la parte trasera de la pista
de corrida existente en Buena Vista Sur o por la carretera que daba acceso al desaparecido aeropuerto Punta Águila de Casa de Campo.

Resolvimos tomar la ruta de Buena Vista Sur debido a que por la otra vía, se hacía difícil de poner en un lugar seguro las bicicletas.

La oscuridad jugaba un papel determinante ya que la única luz radiante que nos acompañaba era de la luna combinándose a la perfección con un área abundante en yerbas, pronunciados árboles, un incidental viento y a lo lejos, el sonido de las mareas de Caletón…

-“¿Por qué hay que ir tan lejos Chichí? ¿Tú no crees que aquí ya ta’ bueno?”, pregunta un preocupado Titi

-“¡Déjense de pendejá que ya tamo’ en esta vaina!”

-“Bueno eta vaina a mi no me tá’ gutando. Díganme lo que utedes quieran yo me voy de aquí”, dice Enrique al momento de salir avispado.

-“¡Bueennnooo ya se juyó uno compadre!”, dice entre burla Titi

-“Chichí aquí ya está bien. Vamos a hacerlo en este sitio. Estamos retirados y el lugar es perfecto”

-“Muy bien Marcos ¿Qué dice el resto?”

-“Como dice Marcos. Aquí está bien, ¿verdad Larry?”, responde Titi

-“Ujum”

-“¡Ta asutao’ Larry! ¿y esa vaina de ‘ujum’ jejeje?”, pregunta Chichí

Todos de acuerdo nos sentamos y de una vez Chichí inicia el ritual del juego. Tras varios intentos nada pasaba y la presión aumentaba con el miedo existente, pero que nadie quería dejar salir por temor a ser recriminado.

En un momento Titi susurra al grupo:

-“Hey… fuera de relajo… oí una vaina movese entre la yelba…”

Los sudores corrían aceleradamente por nuestras frentes y nos mirábamos entre sí, pero nadie se atrevía a pronunciar una sola palabra.

Chichí, como líder del grupo decide graduarse de ‘Rambo’ y se para desafiante vociferando:

-“¡Quien sea o lo que sea que ‘té ahí que salga!”

La respuesta fue de una vaca que se encontraba en los alrededores pastando y con el ruido se provocó con su característico mugido:

-“¡Ay mi madre! ¡Corran el vacá de por aquí acaba de salí!”, gritó Titi al momento de armarse un corredero parecido a carrera de caballos.

Jamás intentamos jugar Ouija.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Juego Paranormal". © 2011-2013 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.

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