viernes, 7 de junio de 2013

"El Maestro de Ceremonias"

Para 1996 gozaba de una atención pública bien amplia gracias a la oportunidad que me habían brindado simultáneamente en radio, TV local y una colaboración que me había facilitado mi gran amigo Florentino Durán siendo parte del periódico Listín Diario.

Aunque me había mercadeado como comentarista de cine y farándula internacional, en algún momento la gente que se identificaba con uno requería nuestros servicios de voz comercial y hacer las veces de maestro de ceremonia.

Sólo grababa mi voz en off encima de las imágenes que presentaba y los dotes de la maestría de ceremonia los tenía a diario por tratar con personas impartiendo clases de Inglés. Estaba claro que no vacilaría si alguien me llamaba para esos fines.

Vía un reportaje publicado en el previamente periódico en la ahora extinta sección El Este, un compañero de estudios de inglés que vivía en Hato Mayor, leyó una reseña sobre la ascendente carrera del actor Will Smith destacando al final, el estreno en el país de su película “Enemigo Público” del director Tony Scott.

Estaba fascinado por el reportaje y como era fanático de Will Smith, quería saber cuándo llegaba el film a La Romana para verla en mi ciudad natal ya que en su pueblo no habían salas de cine. Sus planes incluían una singular solicitud…

-“¡Marcos!, ¿cómo estas amigo querido?”

-“¡Bien luis!, ¡que grata sorpresa!. ¡Cuéntamelo todo!”

-“Viendo aquí que mi amigo ahora es crítico de cine y famoso jajaja”

-“ ¿Famoso? Ja,ja,ja famoso es Michael Jackson que le llegaron a reconocer en una ocasión por encima de Juan Pablo II. Háblame de esta llamada. ¿Estas aquí en La Romana?”

-“No, no. Sólo te llamaba para felicitarte por tu reportaje en el periódico, preguntarte algunos temas de las clases del sábado, saber cuándo van a dar la película y solicitarte una cosa muy importante a nivel familiar”

-“¡Olvídate de todo lo otro y dime qué te pasa Luis!”

-“Tranquilo, no es nada grave. Mira mi hermana cumple quince años y quiero que seas su maestro de ceremonia. Ella no cree que somos amigos de verdad cuando le dije que la persona del periódico era mi compañero de clases en la Capital”

-“¡Ja,ja,ja, claro! Que acepto Luis. Eres una buena persona y aunque no conozco a tu hermana, por ti lo que sea mi hermano. Sólo te voy a pedir…”

-“¡Ni lo digas amigo!. Sólo dime cuánto nos vas a cobrar porque trabajo es trabajo compadre!”

-“Je,je,je,je ah pero el hombre está entregao’. Luis, cálmate. Lo único que quería decirte es que por favor no me trates como si fuera una súper estrella, porque estoy lejos de eso. Trátame como Marcos, tu amigo y compañero de clases”

-“Es que no te lo digo para subirte los humos. Me agrada que te esté yendo bien y que aún seas mi amigo. El viejo mío es quien correrá por los gastos. Cuánto es el asunto?”

-“Olvídate de pago Luis. Cúbreme nada más lo del transporte de ida y vuelta”

-“¡¿Eso nada más?!. Pues resuelto el problema. El cumpleaños es el Domingo. Si quieres cuando vengamos de la Capital, seguimos para Hato Mayor”

-“Es que…”

-“Es que nada. Te quedas con nosotros el Sábado y así no tienes que dar dos viajes”

Se resuelve la situación y para no ir a Santo Domingo cargado, envié el traje a parte. Nos fuimos normal a tomar clases y al finalizar las mismas, nos fuimos en una guagua hasta San Pedro de Macorís y de allí, a Hato Mayor del Rey.

Cuando llegamos a su casa, entre su familia y allegados, había un contingente de personas que emulaban una frenética rueda de prensa ante una figura a gran escala. Hubo que saludar hasta el perro de la casa, abrazar gente ‘a lo político’ y perpetuar una sonrisa millonaria.

La familia de Luis preparó un sancocho minado de carnes, fui presentando ante la quinceañera y entre saludos y sonrisas, nos sentamos a compartir y responder todo tipo de preguntas relacionadas con el mundo de la radio, la TV y mis funciones en el periódico. Bebimos hasta bien entrada la madrugada.

Al día siguiente, lo que dominaba el ambiente era el clásico corredero de personas buscando cosas pendientes, gente haciendo turno para bañarse, llamadas telefónicas solicitando la temprana entrega del bizcocho, entregas de trajes, en fin un verdadero pandemonio.

Cuando salí del baño, me encontré con una deslumbrante noticia…

-“Buena, ¿usted es la tía de Luis, cierto?”

-“Si mi hijo. ¡Qué elegante se ve usted!”

-“Muchas gracias. Discúlpeme, pero ¿dónde está Luis que hace rato no lo veo?”

-“Ellos se fueron todos para el centro donde celebrarán el cumpleaños. Luis me dijo que le diera esta nota”

-“Gracias”. Leo la misma que rezaba “Arranca para el centro en mi motor”. Me miro trajeado y miro irónicamente la destartalada motocicleta de mi amigo. Mi fugaz reflexión se llenó de más asombro cuando noto que la tía de mi amigo me vociferaba “Caigano’ atrá” encima de un motoconcho.

Cuando llegué al centro, todo el mundo se encontraba sentado. Había una mezcla de féminas y masculinos en edades similares a la quinceañera y otros, más adultos. No pude divisar visualmente a Luis ni a su tía y la única persona de pie era yo. Instalados todos en sus respectivos lugares, se levanta una elegante señora y señalándome jocosamente se dirige a los presentes:

-“¡Recibamos con un gran aplauso a nuestro festejado quien con gran orgullo ha dado muestras de ser un verdadero paradigma motorizado!”

Al subir saludé a todos los presentes y éstos rieron con más ganas aún cuando al leer un enorme letrero me di cuenta que había llegado a la fiesta equivocada. Cuando la familia de Luis logró encontrarme, a éste por poco lo internan de un ataque de risas.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: “El Maestro de Ceremonias”. © 2010 -2013 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

2 comentarios:

  1. Marcos hasta hoy no habia tenido el chance de leer el cuento de esta semana, y me veo en la obligación de comentar, jajaja, estoy al igual que Luis casi de internar de la risa.... como siempre, esta buenisimo tu cuento!!!!!! saluditos....
    Indara

    ResponderEliminar