viernes, 3 de septiembre de 2010

"Karla con K"

Unos dilatados meses después de haber obtenido la Flush, el grupo económico que las traía al país se había percatado de la creciente popularidad de la misma.

No siendo tontos, decidieron traer un segundo embarque de la referida motoneta y así capitalizar el momentum generado por las motocicletas automáticas.

Rápidamente varias personas se hicieron del popular vehículo de dos ruedas y no obstante a que la cantidad no era muy exagerada, la gente insistía en destacar la nuestra, aunque la proliferación del aparato evidenciaba el fin de la Era de la Flush.

Cerca de mi casa deambulaba una pareja de hermanos a quienes le habían comprado dos Flush grises y por razones diversas, compartíamos. Una calle antes de mi casa, existía un singular personaje quien se caracterizaba por ser un terror en su área. Todo se debía a que su hermano mayor, había vendido durante años la imagen de tipo duro e imprimía más miedo que respeto.

Ese muchacho fue uno de los tanto que también se hizo de una Flush. Me buscaba indirectamente con cierta regularidad, pero lo evadía porque no éramos afines en nada, pero él insistía hasta que un día se me acercó y me dijo:

-"Oye, yo sé que no nos conocemos, pero ¿tú sabía que a mi mamá la criaron en el mimo campo donde criaron a tu papá?"

-"¿Cómo es eso?"

-"Bueno no te puedo decí lo detalle' pero mi mamá dice que tu papá y ella son como primo. Y si e' así, entonce tú y yo somo' familia"

Hice las averiguaciones con mi papá y efectivamente conocía a la madre del muchacho, pero no habían nexos sanguíneos del todo. Evitando ser descortés dejé las cosas así y permití que él entendiera que éramos primos.

Contrastando astronómicamente en nuestras formaciones, el muchacho estaba lleno de irresponsabilidad, era rebelde y no temía ni le importaba nada en lo absoluto. Su vida era en ese momento y al no calcular la ley de causa y efecto, objetaba lo de ayer y no planificaba lo de mañana...

-"Oye, ¿qué e' lo que pasa contigo mano?. ¿Polqué tú siempre me saca lo pié?"

-"No es eso, lo que pasa es que tenemos ambientes distintos y nunca coincidimos"

-"Pero paso por tu casa y nunca estas. A veces te veo en la calle y te hago señas y na'. Mano yo quiero sé tu amigo de veldá. ¿O es que se te olvidó que somo primo'?"

-"Mira no te sientas mal, pero ya el verano está terminando y con él, las vacaciones escolares. Ahora debo llegar a mi casa más temprano y por eso es que quizás no hemos podido coincidir"

-"Yo sé que uté e' un tipo organizao', pero uté no va atá to' lo día en la ecuela jejeje. ¡Mira! ¡vamo' a dá una vueltica eta noche y te voy a llevá a un sitio de veldá!"

Lo pensé varias veces y tras unos instantes de reflexión le digo:

-"Bueno esta noche estaré en el área del parque con mis amigos. Si nos vemos por ahí, quizas te acompañe"

-"OK. No me quede mal primo"

Sabía que no saldría con mis amigos esa noche y sólo le respondí para salir del paso. Fui al cine a la tanda de las 7:30 PM y al salir, me encuentro con la sorpresa de que me estaba esperando al frente del edificio...

-"Pasé pol aquí muchísima' vece' y vi que tu passola estaba palquiá aqui y me paré"

-"¿Todo ese rato?"

-"No, no. Le pregunté al poltero a qué hora se acababa y me dijo. ¿Qué hacemo'? ¿Vamo' a donde te dije?"

-"Esta bien...", contesté respirando hondo y un poco desconcertado

Llegamos al famoso lugar. Se trataba de un cabaret de mala muerte el cual respondía al nombre de "Barra Mayra". Medio indeciso le pregunto qué haríamos allí dentro y solícitamente me respondió que tomaríamos dos mujeres.

Una vez dentro, llega una fémina alta y le tiende la mano por su antebrazo. Hace una seña y viene otra hacia mi dirección desde la penumbra. Sudaba y tragaba en seco a dos manos ya que era mi primerísima vez en un sitio de esa naturaleza. Cuando un débil destello de luz permite ver la figura, se trataba de una mujer con corte a lo masculino y me da la mano diciendo:

-"Hola, soy Karla. Karla con K"

-"Buenas...noches...me llamo..."

-"No te preocupes. Eso no es importante. ¡Ven! que tu amigo ya entró a la habitación con su noviecita"

Dentro del cuarto hice rápidamente un escaneo visual del mismo y noté que una de las paredes era de plywood (madera contrachapada y/o laminada), ventanas de madera, un diminuto gabetero y al fondo, un ultra estrecho baño. Mi corazón latía aceleradamente y Karla había notado mi preocupación...

-"No te preocupe'. No te pasará nada. Simplemente acuétate tranquilito que me voy a dá un baño y salgo de una vé"

Unos minutos después sale Karla enrolada en una extensa toalla que le llegaba a los tobillos. Apaga la luz del baño y me pregunta que si tenía preservativo. Al notar que estaba estático y sin habla se dice así misma:

-"Eto carajito novato jejeje"

Sacó de su gabetero un condón y a puras penas logró ponérmelo. Apagó la luz y supuestamente comenzó la acción. El susto tenía mi mente en el lado oscuro de Saturno y de repente reacciono al escuchar un enfrentamiento en la habitación de al lado.

Mi "primo" había decidido agredir a la mujer porque se dio cuenta de que lo estaba engañando. Al escuchar el corre-corre, Karla enciende una demacrada lámpara contigua a ella y para mi asombro, noté un recipente de vaselina que portaba en sus manos.

Eran de ese tipo que utilizaban las madres para evitar las quemaduras del pañal a los bebés. La había utilizado entre sus muslos y con la suavidad del material del condón, daba la impresión que había penetración.

En ese momento sentí reir y llorar a la vez, pero no pude reaccionar ya que Karla se levantó rápidamente empujándome, fue a una de las gabetas y cogió unas tijeras y me dice:

-"¡Si tú y tu amiguito creen que no' van a tumbá primero te mato!"

-"¡Oye, oye, debes calmarte! ¡No sé qué pasó con mi amigo y tu amiga, baja esas tijeras por favor!"

-"¡No te mueva de ahí o te palto en dó!"

-"¡Karla!, ¡deja salí al muchacho!", grita el administrador en tono agresivo y tumbando la puerta

Sigue el corre-corre y el administrador me hace una seña para que tomara mi passola y saliera por un callejón alterno que daba a otra calle del lugar. Hice lo propio y salí emulando a la perfección a un Zeppelin.

No volví jamás en mi existencia a lugares semejantes y tampoco volví a ver a mi "primo" hasta muchos años después de ser adulto y desgastado por abuso de drogas a un penoso nivel de insanidad mental.

A Karla la ví una mañana cualquiera del verano de 1990 cuando me dirigía a trabajar a Casa de Campo. Al reconocerla, le pedí a quien me llevaba que se detuviera:

-"Tú eres Karla, ¿verdad?"

-"Si, ¿Quién eres tú?"

-"¿No te acuerdas de mí?. Soy el muchacho a quien le sacaste las tijeras una vez en donde trabajabas"

-"Ay dio mío ¡¿y tú te acuelda de eso?!"

-"Perfectamente. Han pasado ya tres años de eso, pero no olvido rostros. ¿Te puedo hacer una pregunta?"

-"Si..."

-"¿Por qué lo de la vaselina?"

-"Tú era' un muchachito que se veía sin malicia. Necesitabas tiempo para esas cosas. Sentí no hacerte un daño"

Pasaron unos breves instantes y sin nada que decir en realidad le dí las gracias. Me dijo que iba para Higüey. Busqué en mi cartera y le di una cantidad que sobrepasaba el precio en ese momento del pasaje al decirle:

-"Aunque pasó lo que pasó, nunca llegué a pagarte. No sé cuánto era lo que cobrabas, pero toma esto como pago simbólico"

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Karla con K". © 2010 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

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