viernes, 17 de septiembre de 2010

"Vuelta Aérea"

En 2002 iniciaron mis días como empleado del Aeropuerto Internacional de La Romana en donde viví gratísimos momentos desde el punto de vista laboral y personal.

Aprendí bastante sobre cómo tratar clientes internacionales y como gregario que soy, conocí un sin fin de gente muy valiosa.

Para quienes han laborado dentro de la industria aérea, deben saber lo inflexible de algunos horarios dependiendo de la actividad operacional de un aeropuerto en particular. En el caso que nos ocupa, hubo días de total actividad, otros totalmente muertos y uno muy particular…

-“Al parecer hoy saldremos de nuevo a las 5:00 PM ya que no hay nada programado hasta ahora”, le comento a uno de los supervisores.

-“Eso es así. Además el grupo que entró a las 3:00 PM los releva a ustedes. Cualquier cosa, ellos resuelven”, me dice.

Salgo a dar una última inspección en el área y cerca de la rampa, me encuentro con Danny, un empleado quien se desempeñaba como asistente en materia de combustible, despacho y parqueo de aeronaves:

-“¡Hola Marquitos!. ¿Cómo estas?!”

-“Bien, gracias a Dios. ¿Y usted?”

-“Tranquilito. Ya casi cogiendo la de Villa Diego, pero antes iré a Punta Cana a buscar unas cajas de aceite”

-“No hay felicidad completa, ¿eh?”, le digo

-“¿Cómo así?”

-“O sea usted está aquí desde tempranas horas de la mañana y ahora que se acerca el momento de salida, se le presenta este compromiso”

-“No, no ja,ja,ja,ja. Unos pilotos amigos míos vienen a traer unos pasajeros y de paso, llevarán a un compañero para Punta Cana. Aprovecharé irme en esa bola y vuelvo con ellos”

-“¡¿Ah, pero usted se va en el avión?!”

-“Sí, es un ida y vuelta. ¿Te gustaría ir?”

-“Bueno, me gustaría ya que un nunca he viajado y obviamente tampoco me he subido en un avión”

-“Bueno pues ellos llegan en unos cinco minutos”

-“OK. Voy a firmar mi salida por el día de hoy y vuelvo en seguida”

Al llegar a la oficina firmo mi retirada y al salir, me encuentro en el pasillo a David, empleado del Departamento de Operaciones y gran compañero de labores:

-“¡Hey Mark! ¡¿Y pa’dónde tu va’ tan rápido men?!”

-“Voy a aprovechar un ida y vuelta para Punta Cana con Danny”

-“¡Epérate!, ¡epérate!. ¿Qué e’esa vaina de ida y vuelta a Punta Cana?”

-“Unos pilotos vienen de allá a transportar turistas. Danny aprovechará para buscar unas cajas de aceite cuando ellos traigan el segundo grupo”

-“¿Pero el avión va y vuelve?”

-“Si, pero no viene lleno de allá para acá”

-“Me gutaría tripiame ese viajecito, aunque le tengo un temor del diablo a esos aparatos”

-“Bueno decídete que Danny me dijo que ellos llegaban en cinco minutos reales. Me voy primero y así le comento que vienes con nosotros”

Por fin llega el avión cargado con unos 17 pasajeros. Danny les asiste al bajar y me le acerco para decirle que mi compañero vendría con nosotros. No hubo objeción al respecto y rápidamente nos montamos en la pequeña aeronave:

-“¡Hey pero esto en verdad corre rápido!”, le comento a Danny.

-“Si y verás que en segundos estaremos viendo La Romana como si fuera un puntico en el mapa”

Miro hacia atrás y noto a David con una cara de suma preocupación y en silencio de sepulcro. Me vuelto hacia él y le hablo:

-“¿David, qué te pasa?. ¿Por qué esa cara?”

-“Men etoy preocupao’. Eta vaina suena ma’ que Optimus Prime en su fase de tranfolmación y ahora sé de veldá’ que e’ tulbulencia men…”

-“Bueno la estructura de este aparato nos dice que no es para menos. Cálmate y disfruta del viajecito VIP ida y vuelta”.

Llegamos a Punta Cana en unos 23 minutos. Danny recoge rápidamente sus cajas de aceite, se montan unos 8 pasajeros y partimos inmediatamente hacia La Romana.

De Punta Cana a La Romana la vista es espectacular ya que al despegar, el avión hace un amplio giro y se ve una gran parte del Mar Caribe. La percepción visual daba un contraste que parecía que el avión tocaría el agua y David entró en pánico:

-“¡Ay Vilgen de la Altagracia! ¡Eta vaina colapsará Malco!. ¡Mira! ¡mira! ¡Vamo’ direto al agua!”

-“¿David te estas volviendo loco?. Estamos simplemente girando. ¿Qué impresión le darás a los turistas con este espectáculo?”

-“¡Al diablo con ellos! ¡Eta vaina e’pa’bajo que va!. ¡Dió’ santísimo sálvame de eta que te prometo ser el David de antes. ¡Malco ven!, ¡ven! ¡reza conmigo!”

-“¡No, pero tu estas relajando!. ¿Y es verdad que estas asustado?”

-“¡Men mal momento pa’ dame cuenta que sufro de veltigo y clautrofobia!. ¡No debi subilme en eta vaina!”

-“Bueno, míralo desde el punto de vista que si nos caemos, será rápido y sin dolor porque a estas alturas no quedará nada ni nadie aquí adentro”

-“¡Malco! ¡estas en shock! ¡¿cómo se te ocurre hablal así en un momento como ete men?!”

David sudaba como caballo en el último tramo del Perla Antillana. Su rostro estaba marcado por un pánico real. Los ojos prácticamente le salían de las cuencas y para su desgracia, los turistas pensaban que era un teatro por parte de él y lo que hacían era reírse. Danny, no se percataba del asunto ya que estaba muy cerca de los pilotos.

Al llegar a La Romana, apenas se abrió la escotilla, David salió disparado hacia la rampa en búsqueda de tierra firme.

Para mi asombro vi como David emuló a la perfección el gesto que hiciera el finado Juan Pablo II, aquel histórico 1 de Enero de 1979 cuando pisó tierra dominicana:

-“¡Gracias Dios!. ¡Te prometo que seré un hombre nuevo!”

Mi vida ligada a la actividad aeroportuaria finalizó en Mayo de 2006. David y yo aún seguimos siendo buenos amigos. Ese cambio que tanto solicitó, se encuentra suspendido en algún recóndito lugar de su memoria.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Vuelta Aérea”. © 2010 Marcos Sánchez. Derechos reservados.

viernes, 3 de septiembre de 2010

"Karla con K"

Unos dilatados meses después de haber obtenido la Flush, el grupo económico que las traía al país se había percatado de la creciente popularidad de la misma.

No siendo tontos, decidieron traer un segundo embarque de la referida motoneta y así capitalizar el momentum generado por las motocicletas automáticas.

Rápidamente varias personas se hicieron del popular vehículo de dos ruedas y no obstante a que la cantidad no era muy exagerada, la gente insistía en destacar la nuestra, aunque la proliferación del aparato evidenciaba el fin de la Era de la Flush.

Cerca de mi casa deambulaba una pareja de hermanos a quienes le habían comprado dos Flush grises y por razones diversas, compartíamos. Una calle antes de mi casa, existía un singular personaje quien se caracterizaba por ser un terror en su área. Todo se debía a que su hermano mayor, había vendido durante años la imagen de tipo duro e imprimía más miedo que respeto.

Ese muchacho fue uno de los tanto que también se hizo de una Flush. Me buscaba indirectamente con cierta regularidad, pero lo evadía porque no éramos afines en nada, pero él insistía hasta que un día se me acercó y me dijo:

-"Oye, yo sé que no nos conocemos, pero ¿tú sabía que a mi mamá la criaron en el mimo campo donde criaron a tu papá?"

-"¿Cómo es eso?"

-"Bueno no te puedo decí lo detalle' pero mi mamá dice que tu papá y ella son como primo. Y si e' así, entonce tú y yo somo' familia"

Hice las averiguaciones con mi papá y efectivamente conocía a la madre del muchacho, pero no habían nexos sanguíneos del todo. Evitando ser descortés dejé las cosas así y permití que él entendiera que éramos primos.

Contrastando astronómicamente en nuestras formaciones, el muchacho estaba lleno de irresponsabilidad, era rebelde y no temía ni le importaba nada en lo absoluto. Su vida era en ese momento y al no calcular la ley de causa y efecto, objetaba lo de ayer y no planificaba lo de mañana...

-"Oye, ¿qué e' lo que pasa contigo mano?. ¿Polqué tú siempre me saca lo pié?"

-"No es eso, lo que pasa es que tenemos ambientes distintos y nunca coincidimos"

-"Pero paso por tu casa y nunca estas. A veces te veo en la calle y te hago señas y na'. Mano yo quiero sé tu amigo de veldá. ¿O es que se te olvidó que somo primo'?"

-"Mira no te sientas mal, pero ya el verano está terminando y con él, las vacaciones escolares. Ahora debo llegar a mi casa más temprano y por eso es que quizás no hemos podido coincidir"

-"Yo sé que uté e' un tipo organizao', pero uté no va atá to' lo día en la ecuela jejeje. ¡Mira! ¡vamo' a dá una vueltica eta noche y te voy a llevá a un sitio de veldá!"

Lo pensé varias veces y tras unos instantes de reflexión le digo:

-"Bueno esta noche estaré en el área del parque con mis amigos. Si nos vemos por ahí, quizas te acompañe"

-"OK. No me quede mal primo"

Sabía que no saldría con mis amigos esa noche y sólo le respondí para salir del paso. Fui al cine a la tanda de las 7:30 PM y al salir, me encuentro con la sorpresa de que me estaba esperando al frente del edificio...

-"Pasé pol aquí muchísima' vece' y vi que tu passola estaba palquiá aqui y me paré"

-"¿Todo ese rato?"

-"No, no. Le pregunté al poltero a qué hora se acababa y me dijo. ¿Qué hacemo'? ¿Vamo' a donde te dije?"

-"Esta bien...", contesté respirando hondo y un poco desconcertado

Llegamos al famoso lugar. Se trataba de un cabaret de mala muerte el cual respondía al nombre de "Barra Mayra". Medio indeciso le pregunto qué haríamos allí dentro y solícitamente me respondió que tomaríamos dos mujeres.

Una vez dentro, llega una fémina alta y le tiende la mano por su antebrazo. Hace una seña y viene otra hacia mi dirección desde la penumbra. Sudaba y tragaba en seco a dos manos ya que era mi primerísima vez en un sitio de esa naturaleza. Cuando un débil destello de luz permite ver la figura, se trataba de una mujer con corte a lo masculino y me da la mano diciendo:

-"Hola, soy Karla. Karla con K"

-"Buenas...noches...me llamo..."

-"No te preocupes. Eso no es importante. ¡Ven! que tu amigo ya entró a la habitación con su noviecita"

Dentro del cuarto hice rápidamente un escaneo visual del mismo y noté que una de las paredes era de plywood (madera contrachapada y/o laminada), ventanas de madera, un diminuto gabetero y al fondo, un ultra estrecho baño. Mi corazón latía aceleradamente y Karla había notado mi preocupación...

-"No te preocupe'. No te pasará nada. Simplemente acuétate tranquilito que me voy a dá un baño y salgo de una vé"

Unos minutos después sale Karla enrolada en una extensa toalla que le llegaba a los tobillos. Apaga la luz del baño y me pregunta que si tenía preservativo. Al notar que estaba estático y sin habla se dice así misma:

-"Eto carajito novato jejeje"

Sacó de su gabetero un condón y a puras penas logró ponérmelo. Apagó la luz y supuestamente comenzó la acción. El susto tenía mi mente en el lado oscuro de Saturno y de repente reacciono al escuchar un enfrentamiento en la habitación de al lado.

Mi "primo" había decidido agredir a la mujer porque se dio cuenta de que lo estaba engañando. Al escuchar el corre-corre, Karla enciende una demacrada lámpara contigua a ella y para mi asombro, noté un recipente de vaselina que portaba en sus manos.

Eran de ese tipo que utilizaban las madres para evitar las quemaduras del pañal a los bebés. La había utilizado entre sus muslos y con la suavidad del material del condón, daba la impresión que había penetración.

En ese momento sentí reir y llorar a la vez, pero no pude reaccionar ya que Karla se levantó rápidamente empujándome, fue a una de las gabetas y cogió unas tijeras y me dice:

-"¡Si tú y tu amiguito creen que no' van a tumbá primero te mato!"

-"¡Oye, oye, debes calmarte! ¡No sé qué pasó con mi amigo y tu amiga, baja esas tijeras por favor!"

-"¡No te mueva de ahí o te palto en dó!"

-"¡Karla!, ¡deja salí al muchacho!", grita el administrador en tono agresivo y tumbando la puerta

Sigue el corre-corre y el administrador me hace una seña para que tomara mi passola y saliera por un callejón alterno que daba a otra calle del lugar. Hice lo propio y salí emulando a la perfección a un Zeppelin.

No volví jamás en mi existencia a lugares semejantes y tampoco volví a ver a mi "primo" hasta muchos años después de ser adulto y desgastado por abuso de drogas a un penoso nivel de insanidad mental.

A Karla la ví una mañana cualquiera del verano de 1990 cuando me dirigía a trabajar a Casa de Campo. Al reconocerla, le pedí a quien me llevaba que se detuviera:

-"Tú eres Karla, ¿verdad?"

-"Si, ¿Quién eres tú?"

-"¿No te acuerdas de mí?. Soy el muchacho a quien le sacaste las tijeras una vez en donde trabajabas"

-"Ay dio mío ¡¿y tú te acuelda de eso?!"

-"Perfectamente. Han pasado ya tres años de eso, pero no olvido rostros. ¿Te puedo hacer una pregunta?"

-"Si..."

-"¿Por qué lo de la vaselina?"

-"Tú era' un muchachito que se veía sin malicia. Necesitabas tiempo para esas cosas. Sentí no hacerte un daño"

Pasaron unos breves instantes y sin nada que decir en realidad le dí las gracias. Me dijo que iba para Higüey. Busqué en mi cartera y le di una cantidad que sobrepasaba el precio en ese momento del pasaje al decirle:

-"Aunque pasó lo que pasó, nunca llegué a pagarte. No sé cuánto era lo que cobrabas, pero toma esto como pago simbólico"

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Karla con K". © 2010 Marcos Sánchez. Derechos reservados.