viernes, 21 de marzo de 2014

"Choque Cultural"

Mi primera experiencia en asuntos de redes sociales data del 2000 en un momento en que el popular Latin Chat del sitio Terra era todo un acontecimiento.

Previo a dejarme seducir por esa nueva herramienta cibernética, lo único que conocía era el Messenger de Microsoft y obviamente, el famoso Hotmail. Merecida mención al correo electrónico de Yahoo! que de alguna forma jugó un papel importante.

En Diciembre de 2000 me dirigía a una peluquería a corregirme la abundante cantidad de cabello en mi cabeza que bien me hacía lucir como un auténtico carnero. Al llegar me encontré con tremenda fila y con lo poco que me gusta hacerla, no lo pensé dos veces y me retiré.

El dueño se percató del asunto y logró convencerme dándome una revista Cosmopolitan abierta en la sección de cine. El gesto fue determinante ya que sabía que llamaría mi atención.

Al terminar de leer las reseñas cinematográficas, hojeo unas páginas antes y veo un anuncio que rezaba ‘punto de encuentro’ y más debajo sentenciaba ‘para mujeres y hombres en busca de amistad, amor y matrimonio’. Me dirijo al peluquero:

-“¿Cuántas personas en realidad hay delante de mí?”

-“Tres personas. ¿Pero, qué vas a hacer?. ¡No me digas que te vas!”

-“No, no. Voy a cruzar al cibercafé del frente y vuelvo en breve”

-“OK ¡No dejes de volver!”

Cruzo al centro de Internet y me llevo la revista con la intención de enviar un mensaje y ver si era cierto que funcionaba el asunto. Abrí mi correo en Yahoo! y dirigiéndole el mismo a la editora escribí mi nombre, ocupación, estado civil, edad y nacionalidad.

Fui específico al requerir conocer chicas sólo de Costa Rica, México, Puerto Rico, Venezuela y Colombia. Envié mi e-mail y volví a la peluquería.

Una mañana cualquiera de Enero de 2001, me llama Richard de la Cruz, un gran amigo quien se encontraba junto a su esposa en una importante ferretería de la Capital:

-“Marcos, ¿¡cómo estas!?”

-“¿¡Bien y tú?!”

-“Tranquilo. Mira, te llamaba porque mi mujer estaba hojeando una revista y vimos un anuncio de una persona con tu nombre y apellido, ¡quien además es dominicano y dice ser Locutor!. ¿Tu publicaste algo en Cosmopolitan?”

-“¡Jajaja ni me acordaba de eso! ¡Envié ese mail hace como un mes!”

-“¡Pues cómprala porque lo publicaron!”

Adquirí la revista marcada con ‘el número 1 del año 29’, edición publicada para Puerto Rico. En la portada salió la exquisita modelo brasileña, Fernanda Tavares ataviada con un ultra diminuto vestido Versace negro y ropa interior del mismo color.

Fernanda Tavares en ese momento ganaba 5 mil dólares por desfile y el hecho de ser amiga de las también cotizadas brasileñas, Adriana Lima y Gisele Bündchen, la convertía en objeto de deseo de todo mortal masculino por lo que no dudé un solo instante en echarle mano a esa revista.

El anuncio salió en la página 114 en la segunda de tres columnas minadas con unos 19 nombres entre féminas y masculinos más un recuadro a título de ‘anuncio personal’ con líneas de recorte para los amantes del correo tradicional.

En una semana me escribieron 94 chicas de los países requeridos y el frenesí de mails diarios, era casi indescriptible. No es práctica nuestra categorizar a las personas, pero me vi forzado a hacerlo conforme veía quien tenía tendencia a escribir fijamente y quien no.

De tantas bellas chicas mexicanas, colombianas, boricuas, venezolanas y costarricenses, llama mi atención una chilena que originalmente no había seleccionado féminas de ese país. Invitándome al chat me dice:

-“Hola, soy chilena”

-“Un placer. No te ofendas, ¿pero qué te animó a escribirme si no incluí tu país?”

-“El hecho de que eres dominicano y además eres Locutor. Me fascina tu cultura y hasta ahora, todos los que he conocido eran personas de lenguaje urbano”

-“Comprendo ¿Y…de qué parte de Chile eres?”

-“De una bella ciudad llamada Temuco, al centro del país, es la Capital de la región de La Araucanía. Discúlpame por los detalles…”

-“No te preocupes. Bueno ya sabes mi nombre por el anuncio de la revista. ¿Cuál es el tuyo?”

-“Andrea”

-“Mucho gusto Andrea. Supongo tienes fotos, ¿cierto?”

-“Si, claro. En estos momentos te la estoy enviando. Harás lo mismo, ¿verdad?”

-“Por supuesto”

-“Muy bien. Marcos, ¿eres de la Capital?”

-“No, soy de La Romana, ciudad ubicada al Este del país. Por qué?. ¿Algún prejuicio?”

-“¡No, para nada!. Es que como te dije, conozco muchos compatriotas tuyos por aquí y la gran mayoría me dice que es de la Capital”

-“Me imagino ¿Y qué te gusta de mi país aparte de lo que hasta ahora has conocido?”

-“Bueno, gracias a Dios que eres Comunicador porque creo me vas a ayudar a descifrar una serie de frases que me tienen súper confundida. ¿Te animas?”

-“A ver…”

-“OK. Cada vez que termino una conversación, la imprimo para investigar los términos nuevos que cada contacto trae consigo en cada plática. No sé si tengas tiempo, es un listado un poquito denso”

-“No soy experto en sociología, pero te puedo ayudar en algo. Al parecer tienes un listado de dialectos, ¿no?”

-“¡Así es! ¡Comencemos!: ¿qué significa la palabra tíguere?”

-“Jejeje ya me imagino con quien has estado hablando. Bueno, en mi cultura identificamos coloquialmente las cualidades de las personas con nombres de animales. Un tíguere es alguien bien despierto, inteligente”

-“Mira que interesante ji,ji,ji. ¿Y qué es estar chivo?”

-“Ja,ja,ja,ja creo que esta conversación será bien dinámica. Estar chivo es estar dudoso sobre algo o alguien”

-“OK. Hay más. ¿Seguro que deseas que continuemos, Marcos?”

-“No hay problema”

-“Bien. Cuando dicen estrellarse y quemar, no logro relacionar esos términos…”

-“Uno se estrella cuando le declara su amor a una fémina y quemar tiene varias vertientes: en el colegio es reprobar, en otras circunstancias es besar a una chica y también se usa cuando alguien se ha expuesto demasiado públicamente”

-“¡Gracias! Ahora le encuentro sentido a muchas cosas. ¿Me puedes diferenciar entre un león, un caballo, un verdugo y un matatán?”

-“Ofrézcome jajaja pero ¿y con quién es que has estado chateando jajaja?. Todas hacen referencia a una persona experta o diestra en algo”

-“Muy bien. ¿Me puedes sugerir algunas que consideres?”

-“Mmmm, te diré las que me lleguen a la cabeza porque como sabrás, no ensayamos esto. El dominicano cuando duerme después de almorzar no toma una siesta, sino una pavita; Si no es diestro en asuntos de cortejos le llamamos lento, pariguayo o palomo; Si vas a besar a una muchacha es chuleo; jajaja si vas muy rápido vas como un chele o como la jonda del diablo son muchas!”

-“Bueno por lo menos tomaré notas de estas que no las conocía. Pienso ir a tu país pronto”

-“Ojalá podamos vernos cuando sea así. Andrea si me disculpas, tengo que retirarme. Se me acabó el tiempo aquí en el ciber”

-“¡Bueno! ¡Un placer de verdad, Marcos!”

-“Te cuidas mucho ¡Bye!”

-“¡Espera! ¡Una última pregunta!”

-“¿Si?”

-“¿Qué es guindar los tenis?”

-“Jajaja es la lúgubre frase que se usa cuando alguien muere”

-“OK, ¿y una frase como ahora al despedirse?”

-“¿Pero en lenguaje urbano?”

-“Si”

-“Jejeje no la usaría con una dama como tú, pero cuando uno se va de un sitio decimos desgaritarse, largarnos o hacer zapatos”

Andrea, junto a otras dos chicas, son aún de mis contactos originales producto de ese anuncio.

Por: Marcos Sánchez. Cuentos Sociales: "Choque Cultural". © 2010-2011-2014 Marcos Sánchez. Todos los derechos reservados.

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